Los comerciantes de la zona de Sant Nicolau están preocupados por el inusual incremento de los robos que se ha producido en las dos últimas semanas.

Casi una decena de establecimientos ha sufrido sustracciones de ropa y complementos en calles como Jaume II, Pas d'en Quint, Costa d'en Brossa, Sant Nicolau y hasta el Born, según denuncian varios de los propietarios afectados, que dicen no recordar una situación similar en las décadas que llevan trabajando en el sector.

Los hurtos y robos con fuerza tienen lugar sobre todo los días entre semana, cuando es noche cerrada y apenas hay viandantes por la zona. "Aprovechan que las calles están prácticamente vacías para entrar en una tienda, coger ocho prendas de golpe y huir a la carrera, como me ha ocurrido a mí y a otros muchos comercios. Son chavales que salen corriendo, por lo que los dependientes no los pueden parar", explica uno de los dueños, Pedro Mesquida.

Otra de las víctimas es Tomeu Mercadal y denuncia que una de las causas de este incremento es la inexistencia de patrullas de la Policía Local o la Nacional que se paseen a pie por el centro.

"Eso lo saben los ladrones, que conocen la zona, van dando vueltas para controlar y actúan poco antes del cierre de los comercios, cuando más bajamos la guardia. Ahora ya estamos atentos, aunque nunca nos había ocurrido algo así, que los robos fuesen tan descarados, llamativos y primitivos", según los describe este empresario de la zona de Sant Nicolau.

Mercadal y Mesquida afirman que se trata de una banda con "una manera de actuar más bestia que la de los típicos carteristas", habituales en la ciudad durante la temporada alta.

"En verano hay especialistas en hurtos, que llevan inhibidores o bolsas con papel de aluminio para que la alarma de las prendas de ropa no suene, pero estos profesionales se han ido y ahora son chicos jóvenes que no habíamos tenido antes", según el segundo afectado.

Se benefician de la oscuridad y la tranquilidad de las calles los días previos al ajetreo navideño, por lo que Mesquida espera que los robos disminuyan en cuanto aumente la afluencia de gente al centro para realizar las compras típicas de estas fechas, como ha ocurrido las jornadas de apertura comercial durante el Puente de la Constitución y la Inmaculada.

De todos modos, añade Mercadal, la solución vendrá "si se recupera la presencia policial a pie, la llamada policía de proximidad".