Después de un mes de intensos trabajos, La Industrial, la juguetería más antigua de Palma, ha inaugurado hoy su tradicional escaparate de Navidad, convertido este año en una singular barbería que ha vuelto a sorprender a los clientes y amigos del que es uno de los comercios históricos más emblemáticos de la ciudad.

Si el año pasado el motivo fue una carpintería, la escena escogida este año es el de las barberías tradicionales, recreada con su mobiliario característico, su vestuario para la ocasión y hasta el identificativo poste de barbero. No falta detalle.

En la escena de la barbería nueve personajes recrean el viejo oficio con sus correspondientes clientes, tres aparadores de cristal con cajoneras y los tónicos y productos de belleza a la vista, dos butacas de barbero, un lavabo con su grifería perfecta, un reloj y un teléfono de pared y un personaje con la cara enjabonada a punto de someterse a un apurado a navaja.

Neus y Concepció Aguiló son las propietarias de la juguetería La Industrial, en el Pas de Son Quint de Palma, un comercio que, según cuentan, se mantiene gracias a los palmesanos y a los visitantes extranjeros.

"La tienda está fechada en 1929 aunque hemos encontrado documentos anteriores", explica Neus. Actualmente notan la transformación del negocio, cuyas ofertas se apoyan más en el producto digital y los juegos que en el juguete tradicional: "Antes vendíamos juguetes a niños de todas las edades, ahora solo a los más pequeños", constatan.

No obstante, y aunque parezca que la campaña navideña es el momento culminante del año, La Industrial vende más durante los meses de verano, más concretamente en agosto. Sus productos son "clásicos", como dice Neus, pero eso no impide que no se adapten a los tiempos actuales. Para ello están preparando su página web para vender online, además de su portal de Facebook.

"No podemos competir con los precios de los grandes comercios" pero eso no les impide "ofrecer algo más a los clientes, un ambiente más familiar" afirma la juguetera.

El escaparate de Navidad lleva a la familia a aunar esfuerzos. "Todos ayudamos en la creación del escaparate. Es una tradición preciosa que nos une después de la muerte de mi padre, hace tres años" explica emocionada Neus.

Cada niño que se detiene absorto frente el escaparate, cada persona que felicita a los jugueteros y artesanos, cada ciudadano que pasa a hacer la "xerradeta del dia" es la motivación que necesita la familia de Neus y Concepció. Gracias a este "esfuerzo", asegura Aguiló, los palmesanos reconocen que la juguetería La Industrial se ha ganado su puesto como comercio emblemático de la ciudad de Palma.