El ascensor que comunica el paseo de la Rambla con la plaza Major estaba ayer en funcionamiento después de haber sido reparado la semana pasada, tras sufrir un nuevo acto vandálico que lo dejó fuera de servicio varios días. En esta ocasión se rompió uno de los cristales que conforman sus paredes y entró agua en el foso de la maquinaria. La semana pasada los operarios sustituyeron los cristales rotos y achicaron el agua, aunque, debido a la humedad, el elevador funcionó varios días de forma intermitente.

Ante las constantes averías debido a actos vandálicos, la concejalía de Infraestructuras ha optado por establecer un nuevo horario de funcionamiento (de siete de la mañana hasta las nueve de la noche), mientras se está a la espera de la instalación de cámaras de videovigilancia.