La comunidad sij Este domingo cerraron con cantos, lecturas y una opípara comida vegetariana, una festividad que ellos abren a cualquier persona que quiera sumarse. Eso sí, deben cubrirse el cabello y descalzarse antes de entrar en la sala de oraciones, un paraíso multicolor ya que esta comunidad originaria del Punjab no usa ropajes oscuros casi nunca.

El libro sagrado ha cumplido 550 años. Hasta Palma se desplazó un santo de Inglaterra, donde la comunidad es muy numerosa. En Mallorca ya hay tres generaciones. Ellos calculan que viven en la isla unas 4.000 personas. Y van en aumento.

Es por ello por lo que están buscando un solar para comprar y construir en él un gran templo puesto que el de la calle Pi i Margall, muy cerca de Pere Garau, se les está quedando pequeño. Meses atrás su portavoz indicó que un solar cercano al polígono de Llevant "está siendo mirado".

Los fieles acuden al templo, la puerta de entrada en la calle la barren y limpian, la adornan con alguna planta, y en el vestíbulo se descalzan y tapan el cabello. Solo así pueden acceder al recinto sagrado. En procesión se dirigen hacia el libro y se inclinan ante él con las manos juntas. Frente a su biblia están unos hombres que lo custodian. Al lado, cuatro hombres dirigen la plegaria común que se hace con recitado y cantos. En algún momento, las mujeres mueven sus cuerpos, pero siempre desde el suelo. Todos permanecen en la sala sentados sobre esterillas, a la derecha, los hombres; a la izquierda, las mujeres.

La novena religión

La religión sij cuenta con una comunidad de fieles de más de 23 millones en todo el mundo, lo que la convierte en la novena religión. Creen en un único dios y en las enseñanzas de los diez gurús.

En Palma, su templo o gurdwara, está en Pedro Garau y tienen otro en Corea. Ahora buscan otro lugar porque la expansión en la isla sigue creciendo.