Con lágrimas, gritos y escenas de tensión, este miércoles se han reanudado las demoliciones en el poblado de Son Banya tras un mes de parón. Es la primera vez que el derribo de viviendas afecta a familias que todavía residían allí, debido a que las 15 actuaciones anteriores se realizaron en inmuebles vacíos.

Esta circunstancia ha provocado que las obras se hayan iniciado con retraso, ya que los habitantes con orden de desalojo no habían sacado sus pertenencias de las casas, pese a que el 26 de octubre se les notificó la decisión judicial.

Las demoliciones han comenzado por dos chabolas colindantes de la calle 4, donde residía la familia Terrón, formada por dos parejas con niños y a los que la concejalía de Servicios Sociales de Cort ha ofrecido una vivienda en sa Pobla como alternativa al asentamiento gitano.

Este ha sido uno de los motivos de tensión, ya que afirman que son muchos para "una sola casa, con cinco menores, sin trabajo y sin carnet de conducir. Además, allí no nos quieren y aquí tenemos a toda la familia", tal como ha explicado entre sollozos María Manuela Fernández Terrón.

Los trabajos, que durarán hasta el viernes, también afectan a una tercera infravivienda situada en la misma calle y que al consistorio no le consta que se halle habitada. Este inmueble comenzará a ser derribado cuando terminen las obras de los otros dos, iniciadas al mediodía, horas después de que la comisión judicial haya llegado al poblado para notificar otra vez a las familias el desahucio y la obligatoriedad de abandonar las chabolas.

Los funcionarios del juzgado han acudido con técnicos de Servicios Sociales y efectivos del Cuerpo armado.

El poblado ha sido tomado desde las 9,30 horas por seis furgones de la Policía Nacional y la Local con una treintena de agentes en total, un dispositivo que se repite con un despliegue similar a anteriores ocasiones para tratar de evitar que se produzcan altercados, como ha ocurrido otras veces.

Este miércoles una persona de Son Banya ha amenazado a un fotógrafo y se ha llevado el trípode de un cámara de televisión, que poco después le ha devuelto, en uno de los momentos de tensión que se han vivido debido al desalojo de la familia Terrón. Otro residente del poblado y antiguo portavoz, Pedro Cortés, ha intermediado y puesto calma antes del inicio las demoliciones.

Sobre las 12,30 del mediodía, los técnicos de Infraestructuras de Cort y la constructora contratada han comenzado la desconexión del suministro eléctrico con una grúa y, después, la empresa especializada Adalmo ha iniciado el desmontaje de los tejados de uralita de las dos primeras chabolas para proceder al derribo de la estructura.

Con la demolición de las tres de esta semana, habrá 18 viviendas menos, de las 45 de la primera fase del plan de desmantelamiento.