La proliferación de puntos de alimentación de palomas ha provocado que la población de estas aves, que se comportan como una plaga y pueden provocar problemas sanitarios y de limpieza, se haya dispersado en prácticamente todas las barriadas de la ciudad.

Desde el pasado mes de septiembre el centro de protección animal de Son Reus, que también se encarga del control de la población de estas aves, cuenta con dos personas mayores de 45 años contratadas a través del programa Visibles del SOIB, que se dedican a localizar estos puntos de alimentación.

En apenas dos meses ya han detectado una veintena de zonas en las que una o varias personas, de forma regular, dan de comer a la población de palomas que viven en sus inmediaciones, hecho que dificulta, entre otras cosas, el control de la población de estas aves.

En concreto, según el director de Son Reus, Pere Morell, se han localizado puntos de alimentación, con la consiguiente proliferación de ejemplares, además de en las zonas habituales de las plazas de España y del Olivar, en Alejandro Jaume, en varios puntos de la calle Manacor, plaza Progrés, del Tubo, es Jonquet, Santa Pagesa, Blanquerna, s'Escorxador, junto a la Cruz Roja en la calle Frai Vallespir, en el Parc de les Veles y en la Porta de Santa Catalina.

Según Morell, las personas que se dedican a esta actividad saben, por regla general, que no está permitida ya que, cuando las brigadas de Son Reus van a la zona para cazar mediante redes parte de las palomas que estén en una determinada zona, la abandonan.

El control de la población de palomas es una cuestión absolutamente necesaria, ya que las heces de estas aves son muy ácidas y corroen la pieza caliza de los monumentos. También provocan malos olores y suciedad y pueden ser un foco de enfermedades. Sus nidos pueden servir también como reservorio y hábitat de un buen número de insectos y ácaros, causantes de múltiples alergias.

Desde hace años el Ayuntamiento caza, mediante la instalación de jaulas fijas y móviles en distintos puntos de la ciudad, y mediante la utilización de redes, un promedio de entre 1.950 y 2.000 palomas al año. Mediante la instalación de jaulas fijas en el mercado del Olivar se controla la población de aves de la plaza de España. Habitualmente, se cazan con este sistema entre uno y dos ejemplares semanales. Cuando es necesario se procede a la captura en este y otros puntos conflictivos mediante redes. De esta forma, los ejemplares son cazados vivos y después deben ser sacrificados.

En estos momentos se está estudiando la posibilidad de utilizar pienso con anticonceptivos, tal como ya se hace en ciudades como Granada o Barcelona, que impide que el huevo sea fecundado con éxito. Se utilizan granos grandes con el fin de que este alimento no sea consumido por otras aves.