Tras la polémica que su presencia en la calle ha generado en otras ciudades, los patinetes eléctricos compartidos de Wind han desembarcado en Palma esta misma semana. La empresa que se dedica al alquiler de estos vehículos ha traído una veintena de unidades con las que ya realiza pruebas técnicas y que se pueden localizar y alquilar a través de su aplicación móvil. Gerard Sellarès, responsable de lanzar este servicio, asegura que quieren colaborar con el Ayuntamiento y aportar soluciones de movilidad, pero de momento la implantación de esta marca, perteneciente a la alemana Bike Mobility, se ha hecho sin el visto bueno del consistorio.

La llegada de Wind a Palma se produce después de su reciente despliegue en Madrid, donde tiene 120 patinetes, que según Sellarès no son suficientes para atender la actual demanda. En cambio, en Barcelona, la experiencia piloto no salió bien y el Ayuntamiento ordenó retirarlos de la calle el pasado mes de agosto.

Sobre su implantación en Palma, Gerard Sellarès asegura que lleva tres semanas intentando ser recibido por el concejal de Movilidad, Joan Ferrer. "Lo que queremos es colaborar con el Ayuntamiento", afirmó ayer a este diario. "No vamos a inundar Palma de patinetes de un día a otro", añadió sobre sus previsiones.

De momento, la veintena de patinetes se están probando en Ciutat para comprobar aspectos como la duración de las baterías, explicó Sellarès, quien dio muestra de conocer la ordenanza de Palma que regula el uso de vehículos de movilidad personal, en la que quedan incluidos patinetes eléctricos y que obliga a las empresas de alquiler a contar con una licencia municipal específica. Precisamente sobre esta cuestión, el representante de Wind remarcó ayer que se habían encontrado ante una falta de información sobre cómo puede obtener esta autorización y que sus intentos por reunirse con representantes del Ayuntamiento habían fracasado.

Los patinetes de Wind se dejan aparcados en la vía pública, preferiblemente en aparcamientos para bicis, pero también sobre aceras. A través de la aplicación, se localizan y desbloquean, previo pago.

En este punto, el mismo Sellarès menciona que en Palma está prohibida la ocupación de la vía pública por vehículos destinados a ser alquilados. Ante esta prohibición, Wind alega que la Dirección General de Tráfico no considera que el patinete eléctrico sea un vehículo (aunque a petición de los ayuntamientos ya haya anunciado que regulará su uso con la reforma de la Ley de Seguridad Vial).

Por ahora son unos 20 los patinetes de Wind en servicio, pero el número final dependerá de la demanda. Palma ha sido escogida por la empresa tanto por el tamaño de la población, como por la red de carriles bici y por el factor meteorológico, explicó ayer el responsable del proyecto.

El usuario de este servicio es mayor de 25 años, principalmente residente en la ciudad y que recurre al patinete eléctrico para ir a trabajar.