Son Busquets vuelve a ponerse en marcha tras casi ocho años de parálisis política. El antiguo cuartel militar ubicado entre las carreteras de Valldemossa y Sóller contará con un Plan Especial de Reforma Interior el próximo semestre. El PERI que se aprobará de forma definitiva contempla ocho edificaciones con 828 viviendas protegidas, un parque central, un equipamiento educativo, uno deportivo, otro sanitario y dos socioculturales, todo ello en los 110.858 metros cuadrados de superficie de las instalaciones construidas en los años 50 y que llevan cerradas casi dos décadas.

"Solo estamos pendientes de un informe del área de Movilidad y unos pequeños ajustes, por lo que la previsión es aprobar el plan a finales de este año o principios del próximo", explica el gerente de Urbanismo de Cort, Joan Riera. Mientras tanto, el ministerio de Defensa -el dueño del terreno- y el de Fomento están negociando el precio para traspasarse el viejo acuartelamiento militar y poder impulsar casi mil viviendas de promoción pública. De hecho, técnicos de Madrid visitaron el recinto recientemente con esta finalidad, tal como informaron en la conselleria de Territorio del Govern, de la que depende el Institut Balear de l'Habitatge (IBAVI).

"La prioridad es completar la tramitación del PERI y que Son Busquets sea público, ya que supondría aumentar en un 50% el patrimonio de suelo para vivienda en la ciudad", según indica Riera, que añade que el Ayuntamiento también se beneficiará "con el 15% de aprovechamiento lucrativo previsto en cualquier plan parcial, lo que significa que se podrán construir alrededor de 120 pisos municipales".

Se derriba lo antiguo

Son Busquets ha vuelto a salir a la palestra porque Joves Arquitectes de Mallorca (JAM) ha convocado un concurso de ideas con el fin de preservar las construcciones del recinto dándoles nuevos usos e integrándolas en los futuros pisos protegidos. Sin embargo, como explica el gerente de Urbanismo, el plan que se aprobará en breve solo prevé mantener los edificios de la carretera de Valldemossa que antiguamente los militares utilizaban como oficinas. "El resto será derribado, aunque estamos estudiando conservar alguno, que se podría incluir en la zona verde central -de alrededor de 25.000 metros cuadrados-, donde se permite cierta edificabilidad", concluye el responsable.

Además de las edificaciones administrativas, en Son Busquets hay 16 naves en planta baja orientadas este-oeste, 18 más pequeñas de norte a sur, construcciones aisladas, otras destinadas a viviendas -situadas en la carretera de Valldemossa-, una antigua gasolinera y garitas de los guardias. La asociación proteccionista ARCA lleva tres años pidiendo a Cort que lo mantenga y en breve se entrevistará con el conseller de Territorio del Govern, Marc Pons, para explicarle la importancia de este "patrimonio urbanístico e histórico", destaca la portavoz de la entidad, Àngels Fermoselle.