Abrir los accesos para enlazar peatonalmente las carreteras de Valldemossa y Sóller y abrir las antiguas naves para convertirlas en equipamientos públicos, que los vecinos reclaman desde hace décadas. Son dos de las ideas que Joves Arquitectes de Mallorca proponen en Son Busquets y que “se pueden ejecutar de forma casi inmediata, sin tener que esperar más años a que se desarrolle el plan urbanístico”, afirma María Gómez. “Hay que aprovechar el espacio existente -añade Guillem Aloy-, ya que es un viejo recinto militar inutilizado desde el año 2000 y, con un convenio público de cesión de uso al Ayuntamiento, se podrían hacer muchas cosas buenas para los residentes sin un gran coste económico”.

Gómez ejemplifica que una iniciativa tan sencilla como abrir las verjas “permitiría una mayor conexión entre los barrios a uno y otro lado de Son Busquets”. Con la apertura de antiguos hangares “tras una pequeña adecuación y la señalización del pavimento, se podrían crear pistas deportivas para el difrute de los vecinos”, tal como plantea. La agrupación de arquitectos considera que “hay que olvidarse del urbanismo del siglo XX -en el que se hacía tabla rasa con lo anterior- y empezar a pensar en el espacio respetando lo construido y actuando con una mínima intervención posible”, destaca la experta.

Aloy señala que “este tipo de propuestas no son incompatibles con la edificación de viviendas, como establece el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), ya que proyectan integrarlo todo sin destruir, simplemente haciendo un cambio de usos”, como se hizo en Berlín con el aeropuerto de Tempelhof. En dicho caso, solo dos años después de ser cerrado, “se convirtió en el mayor parque de la ciudad sin tener que llevar a cabo una gran intervención”.

“Una oportunidad única”

Este razonamiento defiende la asociación proteccionista ARCA, que habla de Son Busquets como “una oportunidad única para la ciudad”, en palabras de Àngels Fermoselle, su vicepresidenta. Tras años intentando concienciar de que el antiguo cuartel “no es un solar, sino una parte de nuestra historia”, pide a los responsables políticos implicados que actúen en el recinto público “repensando el espacio con criterios de urbanismo moderno”. “El número de viviendas y equipamientos sería el mismo, únicamente variaría la ubicación, y son perfectamente compatibles con conservar todo lo posible los actuales hangares y el resto de edificaciones”.

Joves Arquitectes de Mallorca ha convocado un concurso de ideas para aportar propuestas y “generar un debate ciudadano” sobre cómo transformar el viejo acuartelamiento sin borrar las huellas de su pasado.