La campaña Yo No Renuncio, impulsada por el Club de Malas Madres, se ha puesto las deportivas este domingo en Palma y otras 40 ciudades españolas para reivindicar poder conciliar ser progenitoras con el trabajo, el ocio y el deporte, y no tener que renunciar a nada por falta de tiempo.

Medio centenar de madres -con algunos padres e hijos- han participado en el parque de sa Riera en la primera carrera organizada con el fin de visibilizar que "la conciliación no debería ser un obstáculo".

Enfundadas en sus camisetas amarillo chillón con el hashtag #YoNoRenuncio, han empezado con un calentamiento junto al castillo de juegos -donde los padres y abuelos cuidaban de los niños- y se han preparado para un recorrido de uno o cinco kilómetros, a elegir según las capacidades físicas de cada participante, porque "aquí se concilia hasta en la carrera", como ha afirmado la organizadora en la capital balear, Cristina Cuesta, mientras explicaba la prueba.

Ninguna de las dos rutas ha tenido obstáculos, a diferencia de las que se han hecho en el resto del país, con 13 impedimentos para simbolizar 13 barreras que obligan a la mujer a renunciar: "La carga mental, el trabajo invisible, las medidas de conciliación actuales, la falta de corresponsabilidad, las excusas para ser un equipo en casa, la ausencia de tiempo libre, la carencia de medidas adaptadas a todas las familias, los horarios de las jornadas laborales, la presión por ser superwoman, el techo de cristal, el sentimiento de culpa, el peso de la educación en el hogar y la falta de compromiso social".

Lo que comenzó siendo una pequeña iniciativa del Club de Malas Madres en Madrid "llamó mucho la atención y se extendió como la pólvora, porque muchas mujeres de otros lugares también querían participar", como ha contado la organizadora en Palma, que se ha sumado a la causa sin dudarlo.