Casi 13 años después del desalojo forzoso de tres edificios de la calle Antoni Pons debido a los desperfectos ocasionados por una avería de Emaya y a la falta de mantenimiento de estos inmuebles, los últimos inquilinos que tuvieron que abandoar sus casas pueden regresar a ellas. Se trata de los ocupantes del edificio situado en el número quince de esta calle, uno de los más afectados.

La gerencia de Urbanismo celebrada esta mañana ha concedido la licencia de ocupación de este inmueble después de que el bufete Valls ha ejecutado las obras de rehabilitación acordadas en 2014, según el convenio suscrito con el Ayuntamiento, por el que la administración municipal indemnizaba a los propietarios de los tres edificios afectados con 1,3 milllones.

Este acuerdo incluía del reconocimiento compartido entre Cort y los propietarios de la responsabilidad de los daños ocasionados por una fuga de agua que provocó el desalojo de 18 viviendas situadas en los números 15, 17 y 19 de esta calle en noviembre de 2005.