El verano se despide con cifras demoledoras. La sensación de angustia que produce la masificación turística en el centro de Palma está empezando a ser contabilizada. Este verano, 90.000 personas han pasado por el casco histórico de la ciudad. De éstas, 37.700 son turistas. "Es una carga turística muy elevada. Se da una situación de altísima intensidad", indicó ayer Jaume Garau, presidente de Palma XXI, entidad que junto a la Fundació Iniciatives del Mediterrani, han alentado este estudio "pionero" sobre la capacidad de carga turística en esta zona, dirigido por la arquitecta y urbanista Maria Gómez.

"Es una proporción muy alta en un espacio de 143 Ha que padecen, sobre todo, los 25.000 residentes. Es más del doble de la presión turística de toda la ciudad", indica el estudio. Por ello abogan por reducirla a 75.000 personas para el 2025. Sería en base a que el número de cruceristas y visitantes de un solo día se redujeran a la mitad, principalmente.

"No estamos en contra del turismo pero proponemos, según modelos de ciudades como Budapest, decrecer con la diversificación turística creando nuevos centros de interés turístico fuera de la ciudad antigua", apuntó Garau.

Las plazas hoteleras han aumentado un 65 por cien entre 2012-2017; a pesar de la moratoria del Ayuntamiento, aún quedan 34 establecimientos pendientes de obtener licencia.

La carga turística se visibiliza en los aparcamientos, con una curva pronunciada entre las 10 y las 15 horas. Los que llegan al centro en transporte público son 16.500 personas un día de verano. La línea Peguera-Magaluf-Palma con una media de 5.400 pasajeros diarios en agosto es la más demandada; y la de la Platja de Palma, de la EMT, registra unos 6.500 pasajeros diarios que van a Palma.

A su juicio, "cada año se debería establecer un techo turístico operativo. Todos los residentes queremos otras alternativas que no sean la turística", reiteró Jaume Garau. En el estudio se significa una propuesta: "La carga total máxima que debería soportar el centro en un día de máxima afluencia sería de 74.700 personas, y el techo de carga turística sería de 18.200 personas". Si no se toman medidas, "aumentará la presencia de turistas y disminuirán los residentes".

Es por ello, que desde Palma XXI establecen el límite de 19.350 turistas para el verano de 2025 frente a los 37.700 de este último estío, que se recortarían en 3.000 de los alojados en establecimientos no turísticos; 4.000 cruceristas; 3.100 visitantes de un día que llegan en coche; y 8.250 las que llegan en autobús.

En cuanto a la población residentes, empadronados, y los que trabajan en el centro histórico y usuarios diarios de servicios y comercios se pasaría de 52.269 de este verano a 55.800 personas para 2025.

"Los indicadores de presión turística en el centro son muy altos", remarcan. De ahí que la percepción también se haya cotejado. Al 64 por cien de los residentes del centro histórico les afecta en su vida diaria. Un 66 por cien opina que "ya se ha sobrepasado el límite". Los propios turistas han indicado que "hay mucha gente" -un 48 por cien- y preferirían un número inferior.

Las horas de mayor flujo son entre las 11 y las 13 horas, y las calles más saturadas, Sant Miquel, Jaume II, Palau Reial.