La saturación turística en el centro histórico de Palma coincide con el mayor número de desahucios de los últimos años. "El turismo acelera la gentrificación". Esta es la conclusión que desde la Fundació Iniciatives del Mediterrani y Palma XXI han extraído tras el estudio sobre la capacidad de carga turística en esta zona de la ciudad, dirigido por la arquitecta y urbanista Maria Gómez.

Es en esta zona de máxima actividad turística desarrollada en estos últimos años -apartamentos turísticos, hoteles, tiendas de souvenirs, restaurantes- donde la actividad inmobiliaria ha subido. Un dato: en 2016 hubo más de 43 transacciones por mil habitantes, una cifra cuatro veces mayor que la media balear.

Otro dato: una vivienda de 60 metros cuadrados, supone una alquiler de 800 euros anuales por encima del precio pagado en otros barrios.

Un tercer dato: las compraventas se han disparado en un 80 por cien entre 2012 y 2016, en su mayor parte, adquiridas por extranjeros. Además la rotación de ventas es de 5 años en un 30 por ciento en el centro.

Esta dinámica ligada al crecimiento turístico de los últimos años favorece "y acelera" la gentrificación. El aumento de la población extranjera en el centro histórico es del 30 por cien.

Este estudio se ha basado en trabajos de archivos, encuestas, datos del Ayuntamiento, entrevistas.

Desde Palma XXI apuntan que las 90.000 personas que se han alcanzado este verano en el centro histórico ha tocado techo. De éstas, 53.000 son residentes y 37.000 turistas.

"Es una proporción muy alta en un espacio de 143 hectáreas. Es más del doble de la presión turística de toda la ciudad", indican en el estudio. Por ello abogan para el 2025 reducirla a 75.000 personas. Sería en base a que el número de cruceristas y visitantes de un solo día se rebajesen a la mitad, principalmente.