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Irene Pérez Piferrer: "La crisis ha llevado a que los arquitectos nos reinventemos y simplifiquemos"

Con Jaume Mayol abrió TE´dA arquitectes, un pequeño estudio en Palma que alcanza premios como el FAD

"Me gusta ser de donde soy", afirma Irene Pérez, que llegó de Barcelona. manu mielniezuk

El 2018 es propicio para TEd'A arquitectes, integrado por Irene Pérez Piferrer y Jaume Mayol, un pequeño estudio taller de Palma con eco internacional. Su último premio, el BEAU de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo por la escuela de Orsonnes en Suiza, también distinguida como Best Architecture, se suma al primer premio FAD de Arquitectura por la reforma para unos apartamentos turísticos en Can Picafort. En la estela de los reconocimientos, están a la espera de otros dos galardones en Suiza. En 2016, estuvieron incluidos en la Bienal de Venecia en el Pabellón de España.

Otros podrían sentirse agitados con los laureles. No ellos. Irene (Barcelona, 1976) y Jaume (Montuïri) se conocieron, como tantas otras parejas de arquitectos, en la Universidad, en su caso la ETSAV de Barcelona. "Es inevitable acabar juntos, son muchas las horas, intereses comunes...". Desde sus inicios la compaginación fue "total".

"Para nosotros la arquitectura es un oficio y más que un despacho, somos un taller. La arquitectura es un proceso en el que descubres cosas, interactúas con los clientes. Compartimos esa mochila de vivencias, de lo que ves al pasear por Palma, de una lectura, una película, los amigos. Esas pequeñas cosas que te van formando como arquitecto más allá de las grandes ideas", cuenta.

En sus proyectos prevalece la utilización de materiales de la tierra como el marés. ¿Hoy lo innovador es volver a la tradición?

Más que innovar, nos interesa transformar lo que existe. La arquitectura parece que va unida a la tecnología y nosotros buscamos la arquitectura tradicional para darle la vuelta. Miramos lo que hacen los artesanos. No somos los únicos. Hay muchos despachos que lo hacen.

¿Se acabaron aquellas obras faraónicas?

La crisis nos ha llevado a reinventarnos, a llevar las cosas a un terreno más fácil, simple y sostenible. Para qué buscar fuera materiales si aquí hay y muy buenos y se adecuan al entorno. No tenía sentido. Aquella arquitectura fue propiciada por la política. La evolución social desembocaba en toda esta ostentación. La crisis nos ha colocado en nuestro lugar. Al menos en Europa porque la arquitectura que se está haciendo en los países árabes está en pleno auge. El futuro de estos grandes arquitectos está ahí.

¿Se ve usted en Abu Dhabi, por ejemplo?

[Sonríe] No me veo y no sé si sería el camino que eligiría en principio. Dejamos Barcelona en parte porque buscábamos la escala humana, hablar con el albañil, la cercanía. Huimos de esa gran bola de la ciudad postolímpica para venir a un lugar más acogedor. ¡Ojalá pudiésemos hacer los edificios en las mismas condiciones pero en escala más reducida! Lo pudimos hacer en la escuela en Orsonnes.

El jurado que les premió la distinguió por significarse como arquitectura suiza. ¡Menuda sorpresa!

¡Sí, hecha en Mallorca y por nosotros, mallorquín y catalana!

¿En qué medida ha determinado su trabajo el traslado a la isla?

Nuestra concepción del oficio no ha variado; sí, la calidad de vida porque al tener niños decidimos que para ellos sería mejor vivir en el campo; ¡aunque yo soy muy urbana!

¿Añora Barcelona?

[Sonríe]. Añoro a mis afectos.

¿Está de acuerdo con que Palma es 'la mejor ciudad para vivir'?

Te contesto desde la persona que llega de Barcelona, una ciudad muy cosmopolita, con un abanico enorme de oferta cultural, y llega a otra ciudad falta de este sistema aunque, poco a poco, voy encontrando, no actividades culturales sino movimientos culturales, gentes con ganas de hacer cosas por la ciudad. ¡Sí se vive bien, aunque le falta una mejor comunicación con el resto de la isla. Está mal comunicada y creo que las inversiones han de ir por fomentar el transporte público, tanto en el interior de la isla como en Palma. Pero dicho esto, no comparo con Barcelona. No es la ciudad en sí que añoro, a mí me gusta ser de donde estoy. Mis padres son gallegos; no soy de cultura barcelonesa.

En una isla saturada por la construcción, diría que ¿los arquitectos son cómplices de este crecimiento?

Sí, y por eso intentamos reconducir la arquitectura, intentamos que las cosas tengan medida controlada y que esté lo más integrada en el territorio y que sea la más apropiada para cada situación.

¿Cómo es la relación con vuestras obras anteriores?

No hay proyectos independientes. Lo que has pensado para uno y no se ha usado, siempre está ahí y puede volver a aparecer. En ese sentido trabajamos en un continuo. No diferenciamos una escuela de una casa porque en ambas se pasan muchas horas.

"Som on som. Rere el sentir que té punt de partida..." es algo que suelen decir.

Es del libro Paraules Locals, de Perejaume con el que nos identificamos, como también nos sentimos cerca de Lo infraordinario, de Georges Pèrec. Se acerca a nuestra forma de hacer.

¿El movimiento 'Me Too' es aplicable en arquitectura?

La arquitectura es un terreno masculino no en la carrera, sino en los oficios que van aparejados: albañiles, constructores, imagino que por un tema físico. Yo jamás me he sentido discriminada pero me imagino que se han dado casos de ese poder masculino, pero¿dónde no los ha habido? Desgraciadamente pienso que es muy difícil de erradicar pero en mi oficio, cada vez hay una mayor presencia de mujeres.

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