El amianto o asbesto es considerado un material de alto riesgo para la salud, cancerígeno, y durante muchos años se utilizó en la fabricación de fibrocemento, conocido como uralita, hasta que se prohibió su uso en 2001. Según la OMS, "es uno de los carcinógenos ocupacionales más importantes" y en el año 2006 provocó alrededor de la mitad de las muertes por cáncer profesional. Según informa la propia empresa Adalmo, "algunas de sus fibras microscópicas pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para que representen un riesgo para el aparato respiratorio".