Unos 20 vecinos de Son Banya, acompañados de varios menores y un bebé, se manifestaron ayer en la plaza de Cort exigiendo la paralización de los derribos que lleva a cabo el Ayuntamiento dentro del programa de desmantelamiento del poblado.

Los protestantes habían intentado paralizar sin conseguirlo el derribo de las cuatro chabolas iniciado el miércoles, que continuó por la tarde del mismo día y ayer a lo largo de toda la mañana.

Alejandro Cortés, uno de los hijos del Tío Quico, que fue durante muchos años patriarca del poblado, accedió a las dependencias municipales acompañado de varios policías con el fin de solicitar una entrevista con el alcalde. La cita con la máxima autoridad municipal se concertó para el día 11 de octubre a las dos de la tarde. Cortés manifestó que van a exigir "casa para todos y trabajo" y reclaman que, mientras no se consiga lo anterior, se paralicen los desahucios judiciales y los derribos.

Un abogado de los convocantes, que también estuvo en la plaza de Cort, anunció que han recurrido el archivo de una denuncia penal interpuesta el pasado mes de abril, al considerar que se puede estar cometiendo por parte del consistorio y, en concreto, del alcalde, Antoni Noguera, un delito de prevaricación penal.

Una de las manifestantes aseguró que no dispone de ninguna vivienda alternativa y afirmó que "no tiene derecho a ser ayudada por Cort porque se ha considerado como propiedad una sepultura".

¿Quieren que seamos ocupas?

"¿Qué quieren, que seamos okupas?", espetó la mujer ante los medios de comunicación concentrados en la plaza de Cort.

Apuntó, asimismo, que Son Banya "es un asentamiento legal" y que el equipo de Gobierno "se gasta tres millones de euros en derribarlo y no en arreglarlo", obviando que en estos momentos el Ayuntamiento se gasta anualmente 800.000 euros en el mantenimiento del poblado. Por su parte, la concejala de Bienestar Social, Mercè Borrás, reiteró que el programa de derribos, que se ejecutan por orden judicial, va a proseguir. "Lo que más nos preocupa son los 193 menores que viven en el poblado y que, con las actuaciones ya iniciadas, con la demolición de 10 chabolas hemos conseguido que 20 ya no estén allí", manifestó Borrás.

Vecinos de Son Banya protestan en la plaza de Cort

Vecinos de Son Banya protestan en la plaza de Cort

En relación a las ayudas que el Ayuntamiento concede a los moradores del poblado para que lo abandonen, la concejala reiteró que se trata de un programa "potente" y que un equipo de Servicios Sociales que trabaja desde hace tiempo con estas personas, "está aplicando caso por caso en función de cada circunstancia".

Borrás insistió en que el programa de desmantelamiento, que prevé la completa erradicación del poblado en 2020, va a proseguir porque, entre otras cuestiones, cuenta con el apoyo de todos los grupos municipales.

Asimismo, reiteró que para recibir ayudas municipales se deben cumplir una serie de condiciones, entre las que se incluye no disponer de recursos ni de causas pendientes con la justicia, en concreto relacionadas con delitos de narcotráfico. Un total de 18 moradores afectados por estos primeros 45 derribos han entrado en el programa de ayudas aprobado por el Ayuntamiento.