Las lluvias intensas que cayeron en Palma en la tarde de ayer provocaron un nuevo vertido de aguas fecales mezcladas con pluviales en las playas de Can Pere Antoni y Ciudat Jardí. Durante toda la jornada de hoy, ambos arenales permanecerán cerrados al baño y señalizados con bandera roja. Esta es la octava vez en poco más de un mes que el Ayuntamiento de Palma se ve obligado a prohibir el baño en estas zonas.

Técnicos de Emaya han recogido muestras del agua para analizarlas. Como medida de "precaución", según señalan desde Cort, la bandera roja ondeará en estas playas hasta que se obtengan los resultados de las analíticas.

Las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí han tenido que ser cerradas por vertidos tras lluvias copiosas en ocho ocasiones desde el pasado 12 de agosto. La responsable del área de Medio Ambiente el Ayuntamiento, Neus Truyols, reconoció que los vertidos de aguas fecales a estos arenales se producirían irremediablemente tras tormentas o precipitaciones intensas ya que no pueden solventar el problema a corto plazo. No obstante, Truyols aseguró que hay previstas algunas medidas que podrían reducir hasta en un 30 por ciento estos vertidos, como la puesta en marcha en un colector y depósitos nuevos, que estarán listos en 2020.

La solución definitiva pasa por la construcción de una nueva depuradora en el Coll d'en Rabassa, para lo que se necesita una inversión estatal de entre 80 y 100 millones de euros, por lo que desde Cort dudan que se pueda llevar a cabo antes de cuatro años.

Los vecinos de la zona, mientras tanto, han expresado su malestar por los continuos vertidos y han convocado una manifestación el próximo 21 de septiembre para exigir soluciones inmediatas al problema.