Los okupas del edificio del antiguo Velódromo de Tirador, obra del arquitecto Gaspar Bennàzar, han dejado su huella con grafitis y degradación, tal como pudo comprobar un grupo de vecinos de Es Fortí el sábado durante una visita al recinto con un especialista en la historia de las instalaciones deportivas. El presidente de la asociación vecinal, Salvador Maimó, relató en el blog de la entidad que la jornada se convirtió en "un día triste y de gran pena para nuestro barrio y toda la ciudad".

El experto, Manel García, añadió que "está peor ahora que cuando fue expropiado en 2015. Parecía que su rehabilitación sería cuestión de meses y han transcurrido tres años", advirtió tras enumerar la "suciedad, malas hierbas, hojas secas, grafiti y vidrios rotos" encontrados en un equipamiento centenario y "una pieza única en Europa, que acabará muriendo por dejadez institucional".