Una decena de personas se manifestó ayer en la plaza de Cort para pedir la continuidad de la usuaria del Servicio de Acogida Municipal (SAM) Juana Mendoza en el centro de la calle Socors. Su salida está prevista para el jueves porque tiene recursos suficientes para emprender una nueva vida, es decir, trabajo, ahorros y un piso en alquiler que ha rechazado, tal como explicó el Ayuntamiento el viernes. Sus defensores lo niegan, porque "gana 900 euros y gasta entre 500 y 700 entre guardería y canguros, ha buscado vivienda sin descanso y sus ahorros son los atrasos de la pensión que el padre de los niños no pagaba", según las plataformas Stop Maltrato Centro de Acogida y Stop Desahucios, que este verano comenzaron una campaña para que esta usuaria siga viviendo en el centro público.