Abigail corretea alegre por el pasillo que lleva a la ludoteca mientras su madre la mira con las manos apoyadas en su gran barriga. En una semana, Diana Martins saldrá de cuentas para dar a luz a Dylan, el hermano de la pequeña de un año que vive desde enero en el edificio del Servicio de Acogida Municipal (SAM) para Familias. Diana piensa en su futuro y el de sus hijos con más optimismo que cuando llegó a las instalaciones ubicadas en la calle Socors, 28. "Estaba en la calle con mi hija y aquí nos abrieron las puertas", tal como relata.

Procedía de "una situación bastante complicada", apunta, por lo que los técnicos del área de Servicios Sociales estudiaron su caso y, como vieron que era una "emergencia social", Diana y Abigail fueron derivadas a este centro del SAM. "Poco a poco vas levantándote y te ayudan a encontrar trabajo y te apoyan psicológicamente". Pese a que ella ahora no puede buscar un empleo, quiere hacerlo cuando se recupere del parto, con todas las facilidades y asesoramiento del servicio de Cort. "La verdad es que es una ayuda muy grande, gracias a Dios", dice quien desea seguir luchando para "que todo salga adelante".

Su problema es similar al de otras 13 familias con hijos (el 80% son monomarentales) que viven en un inmueble de cuatro plantas con 14 estudios y zonas comunes, como la ludoteca o la lavandería.

Todas provienen de "una situación de emergencia social, como por ejemplo un conflicto familiar o desahucio por impago del alquiler", detalla el director del SAM Familias, Enrique Collazo. "Se pueden quedar como máximo un año, aunque hay excepciones, y se marca un plan personalizado de búsqueda de empleo y ayuda psicológica y socioeducativa", según enumera.

Además de este seguimiento, la convivencia diaria "es como una comunidad de vecinos, ya que no es obligatorio que haya una relación entre las familias", en palabras del director, pese a que hacen reuniones conjuntas y otro tipo de actividades, que se adaptan a las circunstancias. Como ahora tienen "un aluvión de madres con recién nacidos", potencian habilidades en este sentido. Y cuando encuentran trabajo y una vivienda, abren una nueva etapa en su vida y cierran la puerta del SAM.