El Parc de la Mar fue ayer un campo de batalla en el que una marea humana vestida de rojo midió sus fuerzas contra otra muy similar de color amarillo. Fue el duelo final entre Canamunt y Canavall que congregó, un año más, a miles de personas en su guerra de agua.

El enfrentamiento comenzó oficialmente a las cinco y media de la tarde. Hubo que esperar a las tropas de Canavall, que llegaban desde la plaza Drassanes. Un poco antes ya había llegado la bandería de Canamunt, desde la plaza Sant Jeroni, precedida por el sonido de los tambores que no dejaron de sonar hasta que comenzó el combate.

21.000 litros de agua

En el parque esperaban ya siete piscinas de plástico llenas de agua, unos 21.000 litros, para ser usada como munición en esta batalla. Un recinto vallado y señalizado con globos esperaba a los combatientes más pequeños, para que también ellos pudieran disfrutar de esta guerra de agua.

Al frente de cada bando, las senyores: Dalena Ortiga y sus Males Herbes, liderando Canamunt, e Hipòlita Rossinyol i l'Escamot d'amazones, guiando a Canavall.

Un portavoz de cada bandería se había encargado de ir calentando el ambiente, despreciando el poder del contrario y su color. " Color dorat,color de compixat", coreaban los de Canamunt. Canavall respondía: " Boti, boti, boti, Canamunt qui no boti"...

Miembros de la organización, con camisetas azules, tal cual soldados de la ONU, vigilaban que la batalla se librara lo más limpiamente posible.

Sobre el escenario, los músicos de la charanga Final Feliç anunciaron el comienzo del enfrentamiento, tocando la Marcha Imperial, de Star Wars. A partir de ahí, todo se precipitó.

El discurso de Berga

El juez Berga y su ayudante tomaron la palabra y se dirigieron a los presentes, armados todos con pistolas de agua. El oïdor del reino, sin saber que se acercaba su final, bromeó diciendo que se había comprado un llaüt con el dinero que había ganado con la publicidad que le había dado esta fiesta llongueta. Aunque su intención era navegar para ver la posidonia, lo que se encontró el jurista fue "agua sucia y pudenta".

El juez Berga fue el encargado de marcar el inicio de la batalla y los dos bandos se abalanzaron uno sobre el otro.

Pistolones, rociadores, todo tipo de arma de agua valía, aunque los organizadores habían advertido que los globos podían hacer daño, así que se vieron pocos.

El enfrentamiento transcurrió a ritmo de canciones muy conocidas y que animaban a saltar y bailar a la vez que las tropas se atacaban con sus pistolas de agua.

La batalla de agua de Canamunt y Canavall 2018

La batalla de agua de Canamunt y Canavall 2018

Los más previsores habían acudido con chubasqueros, del color adecuados, amarillo para Canavall y rojo para Canamunt, para proteger sus mochilas. Y también los hubo que directamente se presentaron en biquini o bañador, eso sí, con la camiseta de su bando.

De vez en cuando la música paraba. Algún niño perdido reclamaba a sus padres. Y de nuevo seguía la fiesta. Los organizadores iban retirando piscinas a medida que se vaciaban de agua, hasta el final de la batalla.

Las fiestas de Canamunt i Canavall finalizarán hoy con el entierro del juez Berga, que intentó, en vano, poner paz ayer entre los dos bandos y lo pagó con su vida.