El yate frente al Molinar que "parecía la discoteca Space, de Ibiza", en palabras de los vecinos, y dos cruceros atracados en el puerto de Palma con música en la cubierta hasta la madrugada han recibido un toque de atención por parte de la Autoridad Portuaria. Los grandes buques de pasajeros fueron sancionados el miércoles "por provocar ruidos después de la medianoche" y dos días antes la policía del Puerto amonestó al patrón del barco que perturbó al barrio costero hasta las 1,30 horas de la madrugada. Sin embargo, no le llegó a multar debido a que bajó la música de inmediato, tal como explicaron ayer desde la entidad portuaria.

En los tres casos, ha aplicado por primera vez el decreto que aprobó en abril y que prohíbe la música y otro tipo de ruidos en la cubierta de las embarcaciones desde las doce de la noche hasta las nueve de la mañana. Afecta al ámbito competencial del Puerto, es decir, la zona del litoral hasta el torrent Gros, y están incluidos desde los buques de crucero hasta los barcos de recreo, como los que organizan fiestas y excursiones, además de los yates y veleros de particulares y los dedicados al chárter náutico.

En una página web de alquiler de yates se publicita el Regulus, la motora de 40 metros de eslora que este verano frecuenta el Molinar y tiene hartos a muchos residentes de la primera línea por su música atronadora hasta la madrugada. El lunes pasado se repitieron las molestias y los vecinos llamaron a la policía portuaria. Como el yate se encontraba fondeado en aguas del puerto, un agente se aproximó a la embarcación con uno de los barcos de los prácticos portuarios y conminó al patrón a que apagase o bajase la música. El policía le informó del decreto que prohíbe hacer ruido, desconocido por el responsable de la motora, quien no puso ningún reparo en bajar el volumen, según indicó la Autoridad Portuaria.

Dos días después, el problema se repitió en el puerto de Palma, en esta ocasión procedente de las cubiertas de dos cruceros. Desde el organismo estatal destacaron que "ya habían sido advertidos varias veces por el mismo motivo, pero debido a su reincidencia, la policía decidió imponerles una multa". Los agentes remitieron las denuncias al departamento de sanciones, donde se concretará la cuantía que los responsables de los grandes buques deben pagar por la infracción.

La entidad portuaria parece haber tomado las riendas de los excesos sonoros en el mar, ya que durante este verano los vecinos afectados han llamado en varias ocasiones tanto a la Guardia Civil como a la Policía Local de Palma para denunciar las molestias y ambas administraciones se han pasado la pelota argumentando que carecen de competencias al respecto. Sin embargo, la APB solo puede actuar hasta el torrent Gros, por lo que los residentes de Ciutat Jardí, Cala Gamba, Can Pastilla y la Platja de Palma siguen sin saber a quién llamar cuando en una embarcación la música está a todo volumen durante la noche y la madrugada.