El movimiento “No más colillas en el suelo”, que inició el pasado 13 de agosto, ha terminado diez días después su edición en la playa de Can Pere Antoni con una recogida de 102.000 colillas en 83 playas de Mallorca.

La principal finalidad de este proyecto, en el que este año han participado 65 personas, es crear conciencia sobre los daños medioambientales que provocan las colillas, "que con más de 70 agentes cancerígenos, se convierten en un residuo tóxico" incluso después de ser usadas.

Esta campaña viene desde Barcelona de la mano del mallorquín Miquel Garau que, cansado de encontrar este tipo de residuos en casi todas las playas que visitaba, se puso en marcha para acabar con lo que explica “es el primer tipo de basura en el mundo”.

Asimismo, la asociación, que repite por segundo año consecutivo en la isla, ha contado con la participación de dos entidades ecologistas: Amics de la Terra Mallorca y la asociación para la conservación marina de Balears, Ondine, y de diversos voluntarios que han participado a través de las redes sociales con el hashtag #LloscaxLlosca en la recogida de colillas.

De esta manera, los voluntarios, además de realizar diversas salidas colectivas para recoger estas colillas, también lo hacían de forma individual cuando pasaban el día en la playa, según cuenta Miquel Garau, que se encargaba de colgar las fotos de las botellas llenas de los residuos a través de Facebook.

Por su parte, las 102.000 colillas pasarán a formar una escultura gracias a la asociación sin ánimo de lucro Proartso, que estará lista para el año que viene, mientras tanto estas botellas estarán en la terraza de Miquel Garau que esperan que las recogan en septiembre.