Las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí vuelven a estar cerrada al baño. Un nuevo vertido mixto de aguas fecales y pluviales tras las intensas lluvias de ayer han obligado a izar la bandera roja a primera hora de la mañana en estos arenales de Palma.

Los técnicos de Emaya han recogido varias muestras para analizar la calidad del agua. Mientras se obtienen los resultados, los arenales permanecerán señalizados y cerrados "por precaución".

Esta es la quinta ocasión en la que el Ayuntamiento de Palma se ve obligado a cerrar alguna de las playas de Ciutat. La última se produjo el pasado jueves tras una intensa tormenta que provocó un vertido de aguas mixtas en Can Pere Antoni.

Cort admitió la pasada semana que deberán seguir cerrando playas tras lluvias copiosas, porque las depuradoras continuarán colapsándose y vertiendo el agua sucia al mar. La responsable del área de Medio Ambiente, Neus Truyols, reconoció que no pueden solventar este problema a corto plazo pero aseguró que ya hay previstas algunas medidas que podrían reducir hasta en un 30 por ciento estos vertidos, como la puesta en marcha de un colector y un depósito nuevos, que estarán listas en 2020.

La solución más efectiva es la construcción de una nueva depuradora en el Coll d'en Rabassa. Sin embargo, se necesita una inversión estatal de entre 80 y 100 millones de euros y Truyols duda de que se pueda llevar a cabo antes de cuatro años.