Los vecinos de El Terreno están hartos. Peleas de madrugada, destrozos, pintadas vandálicas, suciedad, nidos de ratas y edificios ruinosos conforman la imagen actual de su barrio. Hace años que todo esto pasa y que ellos lo han denunciado ante el ayuntamiento de Palma, pero este verano la situación se ha agravado más ante la falta de vigilancia y presencia policial, afirman los residentes.

"Falta de control absoluto por una falta de interés", una "inacción absoluta", "ninguna reacción". Así definen los vecinos de El Terreno la respuesta municipal a sus quejas, principalmente por la actividad de locales de ocio.

El epicentro de los problemas se sitúa en 200 metros de la calle Joan Miró, entre dos bares que los residentes tienen perfectamente identificados, explica un grupo de vecinos. "Los locales cierran cuando quieren, a las 6 o a las 6.30 de la mañana y se arman peleas", comenta Xavier Abraham, presidente de la Associació Veïns El Terreno Bellver. Hace pocos días hubo un altercado con 20 personas involucradas, asegura este vecino.

"Antes había control de la policía y ahora ya no", apunta Toni Company, otro residente en este barrio. Abraham aún se muestra más crítico: "El policía de barrio es el timo de la estampita, no hay".

Los vecinos esperan resultados de la campaña de inspección de los locales de ocio con música que ha llevado a cabo la Patrulla Verde. Están convencidos de que muchos de los bares no cuentan con la licencia adecuada.

Gomila también es otro punto conflictivo. Company recuerda cómo hace años veía a personas haciendo cola para tomar algo en alguno de los locales. Hoy, es un lugar donde se puede ver a gente consumiendo alcohol a cualquier hora, lamentan los vecinos.

"Esta es la imagen de El Terreno: un edificio en ruinas con una pancarta de una gran promoción", afirma Abraham, ante un inmueble de la calle Joan Miró que el Ayuntamiento proyecta rehabilitar, desde hace años. Lo más llamativo de esta degradación es que Cort ha presupuestado partidas para mejoras de hasta 960.000 euros "y se gasta solo 15.000", incide el presidente de los vecinos. "Se ha vendido humo y varias veces", añade Abraham.

Otras dos residentes, Lina Santamaría y María Torres, han coincidido con turistas que regresan a Gomila para recordar viejos tiempos "y cuando llegan no se pueden creer lo degradado que está".

Los problemas de suciedad no se limitan a los desperdicios y bolsas de basura abandonadas en cualquier portal, debido al incivismo. Toni Company asegura que desde su casa ve pasar ratas por los cables eléctricos. Han dado aviso al Ayuntamiento, pero el nido de roedores sigue ahí.

"Nos tienen olvidados y eso que ha venido el alcalde y el otro que había antes", se queja Torres.