Domingo, 12 de agosto, ecuador del verano y playas a rebosar ya desde primera hora. Pero nuevos vertidos de aguas residuales, entre las que hay fecales, obligaron este domingo a izar la bandera roja y a prohibir el baño en Can Pere Antoni y Ciutat Jardí. Al mediodía, también se avisó a los bañistas de l’Areneta, en el Molinar, para indignación de quienes hasta ese momento habían estado en el agua.

Pese a la bandera roja y los carteles junto a la orilla que desaconsejaban el baño por el riesgo de contaminación, bastantes personas se adentraban en el mar para darse un baño. En Can Pere Antoni y Ciutat Jardí, los socorristas se encargaban de dar las explicaciones pertinentes e impedirlo, pero en la playa del Molinar-Portitxol, carente de vigilancia, nadie velaba por el cumplimiento de la prohibición y muchos eran los que se refrescaban dentro del agua.

Vecinos del Molinar mostraron su indignación con Emaya al enterarse tan tarde del riesgo de contaminación del agua, ya que muchos bañistas habían acudido a primera hora a la playa y varios cientos de personas ya habían cogido sitio para pasar el día.

La bandera roja en Can Pere Antoni y Ciutat Jardí no se izó hasta la llegada de los socorristas, a partir de las diez de la mañana, mientras que en las playas de l’Areneta o la del Peñón, el aviso llegó más tarde ante el desconcierto de los bañistas. Muchos de ellos hicieron caso omiso e las advertencias.

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Cierran las playas de Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y el Molinar por un vertido

Desbordamiento

Las intensas lluvias del sábado por la tarde provocaron un desbordamiento de las aguas residuales de la ciudad en el mar. Como ocurre siempre que llueve copiosamente, la depuradora del Coll d’en Rebassa se saturó y vertió el agua sucia. Al producirse por la noche, no fue hasta ayer por la mañana, cuando llegaron los socorristas, que se señalizó con la bandera roja para prohibir el baño. La prohibición se mantuvo durante todo el día a la espera de tener los resultados de los análisis, informó ayer Emaya en un comunicado.

El de este fin de semana es el segundo vertido de aguas fecales que obliga a cerrar playas en menos de una semana. El pasado martes, una rotura de una tubería de conducción de aguas a la depuradora del Coll d’en Rebassa provocó que aguas residuales acabaran en el torrente Gros y se tuviera que prohibir el baño en la playa de Ciutat Jardí. La bandera roja se retiró en cuanto los análisis confirmaron que el agua era apta para el baño.

Sin embargo, también en ese incidente los asiduos a Ciutat Jardí se quejaron de la falta de información, ya que la bandera roja solo ondea durante el tiempo que los socorristas permanecen en la playa, por lo que quienes acuden antes o después de ese horario se bañan con el desconocimiento de la posible contaminación.