De las profundidades del mar y de la piel de las noticias, Rubén Ares y Carles Mulet le echaron un pulso a la zona de confort y dejaron sus anteriores oficios, buzo y periodismo, respectivamente, para situarse en el mundo de la enmarcación. Desde hace siete años regentan Ramón Bellas Artes, una de las pocas empresas que trabajan los marcos de cuadros de manera artesanal que han sobrevivido a la guadaña de la crisis.
El relevo al buen hacer de Ramón Llosà y Francisco Vidal ha superado las expectativas. Hace unos meses se han trasladado al antiguo almacén del negocio, cambio que les ha servido para darle otro aire al local. Sin estridencias. De hecho, ni un centímetro de distancia. Siguen en la calle del Bibe Campins.
"Me tomé un año sabático tras fallecer mi madre. Necesitaba descansar. Mi tío conocía a Ramón, me habló del traspaso, y luego leí un articulo en Diario de Mallorca sobre el cierre y las ganas que tenían de relevo, de que el negocio no desapareciera, así que me tiré a la piscina", cuenta Carles Mulet.
Él no era ajeno a este mundillo puesto que había sido director de arte en revistas y diseñador gráfico. Hizo el cambio acompañado de su hermano Marc y de Rubén. "Tuve claro que si tenía que montar algo iba a contar con ellos", admite.
"Nunca me ha dado miedo cambiar, y aunque sea bueno especializarse, también lo es atreverse", opina Rubén, que dejó de ser buzo para aplicarse en la enmarcación.
Contaron con el "compromiso moral" de Ramón que les estuvo enseñando hasta que pudieron dar sus primeros pasos por si solos. "Aprender a hacer marcos y tener gusto reclama años, además que es necesario conocer las Bellas Artes. No es que tengas que saber pintar pero para que los artistas confíen en ti tienen que ver que les entiendes", indica Rubén.
El reto radicó en ganarse la confianza de una clientela acostumbrada a las artes de Ramón y Francisco. Llevan siete años, y a juzgar por el volumen de trabajo, la prueba se ha superado con creces.
"Listón muy alto"
"Mantenemos el trato personal. Es un trabajo que haces con mimo, se te pasa el tiempo sin darte cuenta, por eso preferimos atender pedidos más pequeños que encargos 'a granel", expresan Mulet y Ares.
Reconocen que Ramón puso el listón muy alto: "Era muy moderno enmarcando, le daba vueltas a todo. Creo que si algo hemos hecho ha sido aportar energía. Procuramos que cada marco sea algo especial y no relajarnos con los malos vicios", indican Carles y Rubén.
Sorprendidos por la buena acogida, creen que "el negocio tiene futuro porque, al final, siempre se enmarcan cuadros, fotos, títulos...", aunque recuerdan que en estos últimos seis años años, la mitad de los establecimientos de enmarcación de Palma han desaparecido.
Cuando en 1979 Ramón Llosà abrió el negocio donde antes estuvo situada una empresa de cartones, aplicó los conocimientos que aprendió en Universo en la Costa d'en Muntaner. Junto a su cuñado Francisco Vidal se hicieron un hueco en la ciudad pintora. Allí acabaron confiando las enmarcaciones de sus cuadros pintores como Coll Bardolet, Jim Bird, Ulbricht, Ellis Jacobsen,Ramon Canet, María Carbonero, Menéndez Rojas y Steve Afif. Hoy el relevo mantiene ese "listón muy alto".
