El paseo Marítimo se llenó ayer de taxis y bocinazos provocados por más de 200 conductores del sector en Palma y la Part Forana. PalmaProtestaban en solidaridad con sus compañeros de Barcelona y Madrid, que están en huelga para exigir la limitación de licencias a compañías como Uber y Cabify. Los taxistas isleños, de los que un centenar trabajan en la ciudad, se dirigieron después al aeropuerto, donde la reivindicación continuó frente a la terminal de Salidas. Los manifestantes acudieron a pie a la zona de carga de pasajeros para evitar que algún trabajador que no secundase el paro se llevara clientes. Sin embargo, la parada de taxis estaba totalmente vacía, mientras que los turistas que aguardaban en la fila para subir a uno superaban el centenar y la cola llegaba al edificio.

Un grupo de unos 20 taxistas decidió subir a la primera planta -donde los vehículos dejan a los pasajeros- para comprobar que no hubiese ningún compañero trabajando. Al encontrar a alguien que estaba descargando clientes, le conminaron a sumarse al paro, pero no quiso porque considera que "la huelga tiene que ser legal", por lo que empezaron a discutir y dos guardias de seguridad y una empleada del aeropuerto tuvieron que intermediar para detener el altercado. Finalmente, varios agentes de la Policía Nacional identificaron a una decena de personas implicadas.

Protesta espontánea

Los más de 200 participantes en la protesta del paseo Marítimo y Son Sant Joan la organizaron de forma espontánea la noche del viernes y la madrugada siguiente a través de wasap y las emisoras del taxi, sin ninguna asociación que encabezase la reivindicación. Desde la patronal mayoritaria, Autónomos del Taxi, comparten "el fondo de la manifestación, pero no las formas", en palabras del presidente, Gabriel Moragues, quien destacó que "en Barcelona y Madrid el problema es mucho más incontrolable". Sin embargo, un taxista que ayer estuvo en la movilización advirtió de que, en breve, "llegarán a Mallorca las compañías de VTC (vehículos de alquiler con conductor)".

Los integrantes de la protesta se reunieron a primera hora de la mañana en el aparcamiento de Son Moix para trasladarse todos juntos por la vía de cintura hasta Portopí y girar hacia el Marítimo. Alrededor de 250 vehículos, de los que un centenar eran de Palma, unos 80 de Calvià y el resto de Llucmajor, CalviàLlucmajorAndratx y diversos pueblos de la isla; recorrieron la primera línea de Ciutat a partir de las 11 horas dando bocinazos y avanzando pausadamente para hacerse notar, e incluso parando en semáforos en verde con el fin de seguir unidos en la fila. Como en muchos tramos ocupaban dos de los tres carriles del paseo, se produjeron atascos en algunos momentos de la protesta.

También hubo retenciones en la entrada al aeropuerto cuando llegaron y se dirigieron en grupo a pie a la terminal de Salidas, ya que cruzaron la calzada procedentes del aparcamiento de taxis y los vehículos tuvieron que parar. La movilización se desconvocó sobre las 14 horas y la normalidad se reestableció en el sector.