Para el colectivo Vianants en Lluita, lo más importante es el peatón. En Biciutat defienden al usuario de la bicicleta, aunque también ponen al viandante en lo alto de la pirámide de movilidad, porque es el eslabón más débil. La propietaria de Segway Palma y miembro de la asociación de empresas de turismo activo dice lo mismo. Los tres consultados aplauden la proliferación de los vehículos de movilidad personal (VMP), ya que reducirá el número de coches, pero remarcan que "necesitan calzadas específicas que actualmente están ocupando los automóviles. Siguen siendo los reyes de la ciudad y debería haber un cambio de mentalidad por parte de la administración para que dejen de serlo", según afirma la portavoz de Vianants en Lluita, Sonia Jichi, que también aboga por reducir la velocidad máxima en toda Palma a los 30 kilómetros por hora.

Mientras no se produzca esta transformación, "los peatones, ciclistas y VMP continuarán en un espacio distribuido de forma antidemocrática, ya que actualmente se venden tantos coches como bicicletas, por ejemplo, y el 99% de las inversiones son para las carreteras", denuncia Antoni Cànaves, de Biciutat.

Para la responsable de Segway Palma, Thais Villadóniga, cuando hay una convivencia difícil, "se echa la culpa al último en llegar, pero habría que tener una visión global y ordenar el caos para que todo el mundo tenga cabida", de ahí que se congratule de que Cort implante una regulación que ella reclama desde hace una década, cuando abrió su negocio.

Jichi incide en que la solución es la llamada "Ciudad 30, en la que haya tres tipos de movilidad: la peatonal; la de tráfico ligero, lento y sostenible; y la de coches y demás vehículos a motor, con un buen transporte público". Y "no sirve meter todo lo nuevo en el carril bici, porque va a más y no hay espacio", concluye.