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Movilidad

El uso del GPS contribuye a la congestión de las principales vías

Según la Policía Local, el aumento de atascos se debe a que los sistemas de navegación "aconsejan casi siempre las calles más amplias de la ciudad"

Imagen de archivo de uno de los múltiples atascos que se producen en Palma. b. ramon

Mallorca es uno de los sitios turísticos más visitados en España, solo el año pasado 14 millones de turistas eligieron Balears para disfrutar de sus vacaciones. Al mismo tiempo que los comercios y los locales de ocio aumentan sus ventas durante la temporada estival, las carreteras duplican su número de coches y con ello las retenciones se vuelven continuas. Una de las causas principales de estas aglomeraciones es el aumento del tráfico en las principales vías, "provocado por las recomendaciones de los sistemas GPS", según afirma el portavoz de la Policía Local, Ángel García. Junto a la oferta masiva de coches de alquiler convierten Palma en una ciudad intransitable.

Por un lado, los más afectados por esta tendencia son los residentes, que entre junio y septiembre realizan el mismo trayecto que hacían en invierno pero en el doble de tiempoel mismo trayecto que hacían en invierno pero en el doble de tiempo, y en la otra cara de la moneda se encuentran los taxistas que, aunque sufren de igual manera los atascos que se producen tanto en las autopistas como en las principales calles de la ciudad, aumentan notablemente sus servicios e incrementan sus ganancias durante esta época.

"La mayor parte de los atascos se producen por el aumento del turismo, si no ocurre ningún accidente", según explica Ángel García, "y las retenciones aumentan si el día es nublado o si hay mal tiempo". Esto último sucede cuando los turistas coinciden en aprovechar los días grises para bajar a Palma desde otros puntos de la isla. Sin embargo, antes de que se genere un atasco por la entrada de coches en masa, la Policía pone en marcha la Operación Nube, unas medidas cautelares para mantener la fluidez del tráfico, que se lleva a cabo principalmente por la autovía del aeropuerto y la carretera de Manacor.

Uno de los principales problemas en estas situaciones es la saturación de vehículos en las zonas de aparcamiento, y si coincide con la llegada de cruceros, "se genera una sensación de colapso en los semáforos, sobre todo en la autovía cerca de la catedral", asegura Ángel García, que explica que "cuando esto sucede en el parking del Parc de la Mar, se encargan de desviar los coches hacia la calle de Joan Maragall". Cuando ocurren situaciones similares, la Policía Local refuerza con más agentes en función de la cantidad de coches que haya, en la primera fase solo se dispone de cinco agentes y en la última se habilitan diez más para poder regular el tráfico, aunque este año se ha incrementado el número de efectivos policiales un 30% más que el verano pasado.

Unas de las principales carreteras en sufrir atascos son la autopista al aeropuerto y el Paseo Mallorca, que se suelen regular antes de que se saturen. A pesar de esto, los mayores problemas de tráfico ocurren en las vías más anchas, "como la calle Manacor", según explica el portavoz de la Policía Local, "y esto se debe sobre todo a que muchas veces los GPS guían a los turistas a las calles más amplias del centro".

De la misma forma, en los últimos dos años, la Vía de Cintura, ha aumentado su tráfico un 11% más, alcanzando los 188.000 vehículos diarios en la altura de Son Hugo, su punto más saturado, y convirtiéndose así en una de las carreteras más aglomeradas de la ciudad. A pesar del esfuerzo por regular estas situaciones, la mayoría de los atascos se producen por la falta de estructuras viales capaces de soportar la masificación turística, un hecho que convierte en una odisea el poder transitar por Palma.

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