Si 2018 ha sido el año dedicado al ingeniero Eusebio Estada con motivo del centenario de su muerte, durante el 2019 el Colegio Oficial de Ingenieros tributará un homenaje a la figura de Pedro Garau Cañellas. Si al primero se le recuerda, entre otras obras, por la creación de la línea de ferrocarril Palma-Inca, a Garau se debe el trazado del tranvía de Sóller.

"Merece un homenaje como uno de los ingenieros de caminos más significativos del cambio del siglo XIX al XX", indica Juan Antonio Esteban, decano del Colegio de Ingenieros de Balears tras la aprobación por junta de dedicar el próximo año a recordar quién fue y qué hizo el primer eslabón de la saga de los Garau, que aún hoy siguen trabajando en el campo de la ingeniería a través del despacho que dirige Carlos Garau Fullana, biznieto del que da nombre al barrio y mercado Pere Garau.

Como apunta el decano, "fundó un linaje que ha transformado las infraestructuras y los edificios de Balears e incluso en la actualidad algunos de sus descendientes ejercen la ingeniería civil".

Pedro Garau Cañellas nació en Palma en 1885. Entre sus obras destaca el trazado del tranvía de Sóller. Se recuerda cómo en octubre de 1911, al inaugurarse extraoficialmente el ferrocarril, al no contar con las locomotoras y coches para realizar el trayecto, se tuvo que recurrir a María Luisa, el ´patito feo´ de las locomotoras, a la que le engancharon un coche prestado por los Ferrocarriles de Mallorca. Entre los viajeros, los ingenieros Estada y Garau, además del presidente Antonio Maura. Llegaron a Sóller.

Garau Cañellas realizó numerosos proyectos portuarios de ensanche y de mejora. Entre los primeros destacaría su idea de mantener buena parte de la muralla de Palma. Al final su postura conservacionista sería derrotada por los proyectos más aperturistas propiciados por Estada, partidario de higienizar una ciudad encerrada, que daría impulso al plan de ensanche de Palma, el conocido como plan Calvet de 1897.

"A principios de siglo mi abuelo, el ingeniero Pedro Garau Cañellas, planteó un proyecto de ensanche para Palma que respetaba las murallas, las rodeaba de una zona ajardinada, y hacía crecer la ciudad extramuros partiendo de los núcleos urbanos que ya existían, como Son Roca o Son Espanyolet. A mí me parece tan razonable que nunca entendí por qué no se hizo", expresó Pedro Garau Sagristá, arquitecto al que el Colegio rinde homenaje en una exposición inaugurada esta semana.

Garau Cañellas acabó sus años dirigiendo el puerto de Palma, desde 1912 a 1919, año de su fallecimiento. Tal y como apunta el decano del Colegio de Ingenieros de Balears, "según diversas fuentes, sus propuestas se destacaban por ser conservacionistas también en el puerto de Palma, donde según Rafael Soler, en su Historia de los Puertos de Balears, sus cálculos de tráfico de mercancías se quedaban cortos".

El ingeniero mallorquín también trabajó en Eivissa, Andratx y Cala Rajada, por lo que "su trayectoria tiene una dimensión que abarca toda la Comunidad Autónoma", destaca Juan Antonio Esteban.

La idea del homenaje seguirá un esquema similar al que han hecho a Eusebio Estada. Se plantean una exposición monográfica con planos y dibujos de sus proyectos y una mesa redonda que confronta las distintas posturas entre Estada y Garau Cañellas.