La asociación de vecinos de Son Rapinya denunció ayer el vertido de diversas planchas de uralita muy cerca del acceso al histórico camino público que unía Palma con Puigpunyent atravesando la finca de Son Quint. En concreto, los restos de este antiguo material de construcción, que es altamente cancerígeno, aparecieron hace una semana al lado del muro del cementerio de la Vileta y, pese a que el hallazgo fue comunicado de inmediato al Ayuntamiento, las planchas continúan allí, tal como criticó el vicepresidente de la entidad, Antonio Picazo.

Solicitó que sean retiradas lo antes posible, "que no esperen a que se deterioren y liberen su carga cancerígena", según advirtió. Pese a que "ya sabemos que los culpables son los malvados que lo han tirado -añadió-, tratándose de este material hay que retirarlo", reiteró a los responsables de la empresa municipal Emaya.

Está prohibido abandonarlo en espacios públicos por su elevada toxicidad, ya que puede contener fibras de amianto, y Emaya no se encarga de quitarlo, sino que se necesita la intervención de un gestor autorizado.