El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Palma no pierde ocasión para intentar romper la razonable cohesión que ha mantenido el equipo de gobierno municipal de Cort, pese a que está integrado por tres partidos (PSOE, Més y Podemos) que exhiben notables diferencias en determinadas cuestiones, al menos de cara a la galería. Ayer el concejal conservador Javier Bonet insistió en tender la mano al PSOE para aprobar una denominada ordenanza cívica que incluya la prohibición de la venta ambulante, entre otras cuestiones, como la actividad del trile o la prostitución callejera. Se olvida el concejal que la ordenanza aprobada en el anterior mandato estuvo tan mal hecha y sustentada en argumentos jurídicos tan débiles que fue anulada por los tribunales a raíz del recurso presentado por la Federació d'Associacions de Veïns de Palma.
Noguera tiene un problema
A casi nadie ha sorprendido el plante de las patronales del pequeño comercio, Afedeco y Pimeco, y de sus respectivas matrices, Pimem y Caeb, y su decisión de no asistir a la reunión semestral del Consell Municipal de Comerç, un organismo que en el anterior mandato el PP eliminó y que se ha recuperado en este. Los comerciantes tienen depositadas sus esperanzas de que se solvente el problema de la venta ambulante ilegal aplicando por parte del Ayuntamiento la prohibición prevista tanto en la ordenanza actual como en la futura, pero por mucho que se haga desde la administración municipal, si no se consigue que los afectados lo perciban como solución, no servirá para nada. Además, a menos de un año de las elecciones, van a ser pocas las alegrías y los reconocimientos que reciba el tripartito de Cort procedentes de colectivos como el del pequeño comercio, pese a los esfuerzos realizados para frenar la instalación de más grandes superficies comerciales.
