Seis escalones separan a Alba de tener una mayor autonomía, seis pasos que su madre, Teresa, tiene que dar varias veces todos los días con ella en brazos. Son más de 40 kilos de peso de una niña de 12 años que lo que quiere es poder acceder con facilidad al pequeño parque que hay junto a su casa, en el Coll d'en Rabassa. Seis años lleva esperando Teresa Torres el permiso de Cort para construir una rampa que allane uno de los múltiples obstáculos con los que se encuentran.

La parálisis cerebral infantil (PCI) de Alba "le impide moverse sin silla de ruedas, por lo que con una rampa aprendería a subir y bajar sola y beneficiaría enormemente su motricidad", destaca la progenitora. También sería una ayuda para toda la familia, ya que su abuela, Concha, de 75 años y operada de la columna hace solo un mes, no puede cargar peso, y su tío, Andrés, tiene dos hernias en la espalda, por lo que la madre y la hermana, Nerea, de 15 años, son quienes deben encargarse de la pequeña.

Cuando Alba tenía seis años, Teresa tomó conciencia de que las dificultades no habían hecho más que empezar. "En aquella época, lo más importante era conseguir una silla con elevador eléctrico" para salvar un piso de escaleras. Acceden a la primera planta de una finca sin ascensor situada en la calle Miquel Forteza i Pinya 25, donde está la vivienda en la que reside desde antes de que naciera su segunda hija. "La silla costaba 18.000 euros, una cifra totalmente inasumible para mí, por lo que una amiga de la asociación ARKA Tapones Solidarios me ayudó para impulsar una campaña con la que recaudar fondos. Salió en un programa de televisión a nivel estatal y tuvo gran repercusión".

Tapones solidarios

Cientos de negocios de la isla y el resto de España se sumaron a la recogida de tapones de botellas de plástico recopilados por los particulares y la asociación se los vendió después a una empresa de reciclaje. La iniciativa se hizo muy popular y también sirvió para ayudar a otros niños con parálisis cerebral. Consiguieron comprar la silla de Alba, con una rebaja de 3.000 euros, y Teresa se marcó como siguiente objetivo construir una rampa de acceso a la entrada de la finca desde la calle.

En teoría, parecía mucho más fácil, porque era más barata, pero se topó con la administración. "Empecé a solicitarla durante la pasada legislatura. Me enviaron al Imov (Institut Municipal d'Obres Viaries) y luego me dijeron que lo llevaba directamente el Ayuntamiento", recuerda Teresa. Como no obtenía ninguna respuesta, le comentó el problema al concejal José Hila -que entonces estaba en la oposición- cuando asistió a una paellada solidaria organizada en la Torre d'en Pau en beneficio de Alba y Óscar, otro niño con PCI, para sufragar un tratamiento de rehabilitación intensivo. "Hila me aseguró que él se encargaría de la rampa si gobernaba la siguiente legislatura e incluso vino a casa para ver dónde era", afirma.

Al comienzo de este mandato, con el Pacto en Cort y José Hila en la alcaldía, se creó la Oficina de Accesibilidad, dirigida por José Chito. Es buen conocedor de las muchas barreras arquitectónicas que hay por la ciudad debido a que tiene una discapacidad física y se mueve en silla de ruedas. Él era la persona con la que Teresa estaba en contacto para conseguir el permiso para la rampa, aunque se dio de baja por enfermedad y desde entonces no tiene noticias del área de Infraestructuras -de la que depende dicha oficina- ni de ningún otro departamento. "Mi madre (la abuela Concha) acude al Ayuntamiento cada dos por tres y, pese a la insistencia, nadie nos ofrece una solución", relata con desesperación.

A medida que pasa el tiempo, su preocupación se incrementa, ya que tiene que estar trabajando todo el día y Concha es mayor para encargarse de Alba cuando la llevan a casa procedente de la Fundación Nemo. "No la puede subir por las escaleras y una vez me la encontré con ella colgada de su espalda intentando subirla. Es muy peligroso, se podrían haber matado las dos". La solución pasa por una rampa que ocuparía unos metros de un espacio público en desuso y que, antiguamente, era parte del solar privado de la finca. Todo para facilitar que una niña pueda llegar al parque que hay junto a su casa.