La Policía Local ha precintado el chiringuito ilegal construido en la playa de El Peñón. Agentes de la Patrulla Verde clausuraron el miércoles el establecimiento de madera situado en el arenal que hay al final de Ciutat Jardí, entre esta zona y Cala Gamba, tal como han informado desde el área de Seguridad Ciudadana de Cort.

Cuando fue abierto a principios de mayo, residentes de la zona y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma denunciaron al Ayuntamiento que el bar carecía de licencia de actividad.

Tampoco tiene la concesión de ocupación del espacio que debe otorgar Demarcación de Costas, necesaria porque se trata de una zona de dominio público marítimo terrestre, aunque el bar lleva dos meses abierto, como advirtió a principios de mayo el presidente de la Federación y la asociación vecinal del Coll d’en Rabassa, Joan Forteza.

El Ayuntamiento notificó las irregularidades a los promotores y, tras el pertinente periodo de alegaciones, les requirieron que cerrasen. Sin embargo, al hacer caso omiso a esta exigencia, han sido los agentes de la unidad de vigilancia medioambiental los que han tenido que precintar el negocio de playa.

Además del servicio de bar en una caseta prefabricada, también tenía tumbonas y sombrillas que ocupaban buena parte de la arena de El Peñón, según criticaron los vecinos el mes pasado. La playa situada entre Ciutat Jardí y Cala Gamba, junto al restaurante de 1957 denominado El Peñón y que da nombre al arenal, es utilizada sobre todo por familias con niños. El verano pasado se instaló otro chiringuito, aunque nunca llegó a abrirse por carecer de licencia, tal como explicaron.

Demarcación de Costas tampoco otorgó la concesión al bar que se instaló en es Carnatge los veranos anteriores y que fue muy criticado por los vecinos de Cala Gamba por la sobreocupación del espacio, la música que ponían y por estar en un Área Natural de Especial Interés (ANEI).

Asimismo, la Patrulla Verde de la Policía Local también precintó el miércoles un aparcamiento de 70 plazas construido ilegalmente en un complejo residencial situado en el barrio de Sant Agustí y una marmolería de la urbanización Bellavista, una zona de chalés que está en proceso de legalización.

En los tres casos, previamente se siguió el procedimiento establecido, es decir, que el consistorio notificó a los implicados la inexistencia de licencia, les dio un periodo de alegaciones y les requirió el cierre, pero no cumplieron.