La salud del bosque de Bellver, amenazada en estos últimos años por la presión humana y las malas prácticas que están provocando la desaparición de suelo y vegetación, va a ser controlada por el Ayuntamiento de Palma con la ayuda de un dron.

Según han explicado esta mañana el concejal de Infraestructuras y la coordinadora general del área, Rodrigo Romero y Virginia Abraham, respectivamente, el nuevo pliego para el mantenimiento de Parques y Jardines, cuyas bases están pendientes de aprobación de los informes jurídicos, contempla una partida específica de 800.000 euros anuales para las labores de mantenimiento y recuperación de esta zona boscosa.

Con el dron se podrán detectar de forma más precisa e inmediata las afectaciones a la vegetación por parte de plagas o debido a la sequía así como las zonas más degradadas del bosque por la erosión del suelo o por otras causas. De esta forma, se prevé que las actuaciones y las soluciones puedan ser más inmediatas.

Romero ha presentado esta mañana la continuación de un proyecto que, según el plan de usos y gestión del bosque de Bellver modificado en 2016, es clave para la conservación y recuperación del Bosque. Se trata de la tercera fase del denominado camino perimetral, cuyas dos primeras se ejecutaron en 2010 y 2011. En este caso se adecuarán otros 450 metros de este camino, con una inversión prevista de 321.000 euros, financiados al 50% con fondos europeos.

El nuevo tramo arranca al final del actual y se adentra en la finca de Son Berga, recientemente incorporada al bosque.

Se han introducido mejoras en relación al camino actual ya que el pavimento se levanta unos quince centímetros del nivel del suelo y se ejecutan dos cunetas conectadas entre sí para evitar la erosión por el agua de lluvia arrastrada.

El camino perimetral permite la circulación de los camiones de bomberos en caso de necesidad, de los vehículos de servicio y de bicicletas. También posibilita la eliminación de senderos practicados por el uso de las personas, hecho que provoca la degradación tanto del suelo como de la vegetación.

De hecho, otra de las medidas contempladas en el plan de usos es el de la delimitación y señalización de los senderos por los que pueden circular los visitantes. Con ello, se pretende eliminar la fragmentación actual del bosque, que está dividido en islas de vegetación atravesadas por numerosos caminos y senderos, cada vez más amplios y erosionados.

El plan alerta de que, si no se toman las medidas adecuadas, en 30 años se habrá perdido el 40% de la superficie vegetal del bosque.