La prensa nacional e internacional, sobre todo la alemana, tiene puesto el ojo desde hace años en la misma escena: turistas borrachos concentrados en un par de calles en la Platja de Palma. Venta de droga, prostitución, trile, venta de alcohol a menores, discotecas sin licencia, consumo en la vía pública.

"A veces pienso que la Platja de Palma está maldita. Son muchos años, con distintos gobiernos, y seguimos sin poder salir a la calle. Ver que han hecho hoteles de cinco estrellas y que sus clientes te digan, 'aquí no volveremos nunca más' te hace perder la esperanza", dijo Ana Rodríguez, presidenta de la Plataforma Antidelincuencia Playa de Palma.

"Nuestro ADN empresarial nos obliga a tomar decisiones. Los hoteleros hemos invertido 600 millones de euros en los últimos cinco años. La industria mallorquina se sigue yendo. (En relación a la marcha a Hungría de la cadena de montaje de Teka en Binissalem). Queremos soluciones ante la situación que se está dando hoy, la mezcla de los dos tipos de turismo, es inviable. El turismo que se aloja en nuestros hoteles de tres estrellas plus, cuatro y cinco estrellas no quiere salir a la calle y encontrarse con estos turistas alemanes borrachos. A qué esperan a cumplir la Ordenanza Cívica. A día de hoy no hay nada. ¡Es una vergüenza que los políticos no pidan disculpas; Calvià lo intenta, y también Llucmajor. ¿Qué hace Palma? ¿Y Emaya, que asegura que no dispone de medios para limpiar la Platja de Palma?", enumeró el abogado José A. Fernández de Alarcón.

"El sector hotelero va a apoyar a los vecinos. Vamos a mirar las cuentas públicas con un auditor. Lo vamos a hacer, en serio, a la americana", anunció el vicepresidente de los hoteleros de la zona.