Cuando Josa Arola Serra (Lleida, 1971) empezó la carrera de Ingeniería en la Universitat Politécnica de Catalunya, de los 300 alumnos matriculados, 30 eran mujeres. Acabaron 20. "En proporción, ¡no está nada mal!", apunta. Cuando llegó a Mallorca, en 1999, "me dijeron que era la tercera ingeniera de la isla"; hoy son más de 30. "Es una profesión que históricamente está dominada por la presencia masculina, pero no es un oficio masculino. "¡Ninguno lo es!", sostiene. Es funcionaria de Movilidad en el Ayuntamiento de Palma.
Especializada en Urbanismo, de hecho podría haber estudiado Arquitectura, pero por practicidad se inclinó por Ingeniería, es funcionaria en el Ayuntamiento de Palma, donde en distintas legislaturas ha desempeñado papeles clave en temas de Movilidad. El Govern del segundo Pacto la llamó para ser la directora técnica de la empresa del tranvía, que acabó clausurando José Ramón Bauzá, del PP. Creó "de cero" la Societat Municipal d´Aparcaments de Palma (SMAP) y antes estuvo en el programa de Equipamientos Urbanos con el alcalde Joan Fageda. El próximo mes de septiembre presentará su trabajo sobre la figura de Eusebio Estada, a partir del estudio biográfico que inició el también ingeniero Miquel Àngel Llauger.
¿Cómo surgió?
A raíz de un tuit de la asociación Amics del Ferrocarril que recordaba el centenario del ingeniero de caminos, un personaje decisivo en la historia de Palma, clave para el desarrollo del tren de Inca, quise hacer algo. Buscando información me encontré con que otro gran ingeniero, Miquel Àngel Llauger, había escrito una biografía sobre Estada. Parecerá mentira pero no lo conocían ni el decano del Colegio de Ingenieros de Madrid ni en Barcelona. Por eso propuse el estudio al Colegio de Ingenieros de Palma. El libro consta de 11 artículos de distintos ingenieros a los que les pedí que con ojos actuales mirasen lo que aportó Estada. Les ha emocionado mucho ver qué bien se hacían los planos antiguos. ¡Ha sido emocionante!
Ha elegido una profesión con pocas mujeres. ¿Cómo se mueve en un mundo tan masculinizado? ¿Se está recortando la brecha? Y ¿por qué eligió este oficio?
Empezaré por el final. Siempre tuve claro que quería estudiar una carrera técnica. Me gustaba la ciudad, el urbanismo... Decidí estudiar una carrera que al acabar te viniesen a buscar. Soy pragmática. Me hubiera gustado Arquitectura, pero con mi perfil práctico no encajaba tanto. Para acabar esta carrera tenías que tener las cosas claras, no bastaba con ser el primero de la clase; aparte de estudiar mucho, es muy importante ser fuerte psicológicamente. Y yo creo que las mujeres lo somos, pero sigue siendo una profesión que muchos ven como un trabajo en la obra. Creo que porque no tienen referentes. La inventora del lavavajillas fue una mujer, pero claro, la historia la escriben los hombres. ¡Hemos de empezar a escribirla nosotras!
Pues usted tiene una más que reseñable biografía a sus 47 años y siempre en la esfera pública.
Me gusta el servicio público. Entré de becaria en el Ayuntamiento cuando era ingeniera, pero no me importó porque creo que todos hemos de colaborar en el gobierno de todos. No podemos criticar a los políticos sino que hay que trabajar los proyectos, hacer gestión. Ellos no tienen por qué saber. Por eso acepté ser asesora técnica en el área de Movilidad.
Antes de ser la directora de Movilidad en Cort, estuvo en Equipamientos Urbanos con Fageda, en las antípodas políticas.
La Ingeniería da soluciones a problemas con ciencia y técnica. En Urbanismo, la movilidad, que es mi área, no es un tema político. La movilidad no funciona por eslóganes. ¡No queremos más asfalto!, escuchas, cuando el problema es que a más carriles, más coches. Nunca olvido lo que me dijo el profesor e ingeniero Manuel Herce, que lo importante es incidir en la oferta, no en la demanda. Los proyectos de Urbanismo, las infraestructuras de ingeniería, son a largo plazo, cambian los legisladores y, por desgracia, en lugar de sumar, se resta. Se pierde tiempo y dinero. Nosotros somos técnicos, no políticos. Hemos de dar las mejores soluciones a los problemas que plantea la ciudad.
¿Cuáles serían los escollos en la movilidad de Palma?
La ciudad se ha de diseñar para las personas. Nunca se ha de olvidar. Dicho esto, y de acuerdo al Plan de Movilidad Urbana de Palma, que inició el anterior consistorio y que estará vigente hasta 2020, se ha presentado el Plan Director Sectorial de Movilidad a nivel balear, a la vez que el Consell prepara un Plan Metropolitano de Movilidad muy importante porque estudiará la comunicación con las áreas más pobladas alrededor de Palma, donde vive mucha gente que trabaja en la ciudad. En él se tendrán que incluir medidas para mejorar el transporte público, los accesos a la vía de cintura... Todos ellos deberían tener continuidad para poder llevarlos a cabo. En mi opinión, caminar es el modelo de movilidad prioritario en las ciudades porque es el sistema más sostenible y saludable. Solo que el urbanismo no piensa en movilidad.
Y somos reos del coche. Su tesina versó sobre la vía de cintura. ¿Imaginó que acabaría siendo la pesadilla de miles de ciudadanos?
La vía de cintura es interesante porque su construcción duró 20 años y te permite ver cómo evolucionó la tecnología, las características de su diseño desde los 70 hasta los 90, cuando concluyó. La ciudad podría haber sido programada para no crecer al lado de la vía de cintura, cuyo ejemplo más claro son los colegios. En las horas puntas es cuando se colapsa. La ciudad debería haberse separado y dejado un cojín verde. Es una vía rápida, pero no una calle. Y sí, no se trata de hacer más carreteras porque el espacio es finito; se trata de moverse de otra manera.
¿Deprimida por la aprobación de la vía conectora?
Se debería solucionar primero los accesos a Palma porque de lo contrario se mantendrá este callejón sin salida. Un grupo de ingenieros ya lo indicamos hace años, pero no nos han hecho caso.
¿Cómo se mueve usted por la ciudad?
A pie, en bicicleta y autobús, en taxi y alguna vez en coche. Palma es una ciudad en la que el 70% de los desplazamientos se pueden hacer caminando, en bici o bus. La cultura del coche lo domina todo. Nadie, o pocos, luchan por el transporte público, tiene mala prensa.
¿Tendremos tranvía o es electoralismo?
Desde los años 70 se habla de él. La sociedad no lo pide porque sigue pensando que la solución es el coche. Yo creo que hay que dar tiempo, gobierne quien gobierne. La movilidad no debe ser una herramienta política. En el 2000, cuando se hicieron los carriles bici, nos trataban de locos.
