Si el cielo estaba en las playas, el infierno se trasladó al Parc de la Mar, donde se escondieron más de 200 espíritus malignos tras ser ahuyentados por las hogueras de la Nit de Sant Joan.

Las llamas de las velas y fogatas esparcidas por los abarrotados arenales de Ciutat lograron espantar a los demonios del invierno, pero se refugiaron a los pies de la Catedral y quienes acudieron a la fiesta organizada por la Federación de Vecinos de Palma huyeron despavoridos al encontrárselos a su paso.

Aparecieron por donde menos los esperaban, ya que los miles de asistentes fieles al Correfoc de la Revetla aguardaban enfrente del túnel de ses Voltes, la tradicional salida de los seres del averno, y un grupo de dimonis llegó por detrás, desde el camino junto al lago y la muralla.

Los gritos de los que se encontraban allí no tardaron en extenderse y asustaron a quienes estaban al otro lado. Quedaron acorralados, porque otro grupo de maléficos apareció por el túnel. De este modo empezó, pasadas las 22 horas, la fiesta del mal que da la bienvenida al verano.

La mayoría de los dimonis ya estaba en medio del espectáculo tras atravesar Dalt Murada con antorchas, escupiendo fuego y haciendo malabarismos, cuando las bèsties de foc aparecieron por el portal situado bajo el Palacio Episcopal. Las chispas del Drac de Sant Jordi y el Drac de na Coca atrajeron a los siempre atrevidos, jóvenes residentes y turistas.

Sin embargo, aún faltaban los peores hijos de Lucifer, los más experimentados, que aparecieron por el extremo más oriental equipados con sus artefactos diabólicos, los surtidores y carretillas de fuego, para que nadie olvidase de dónde vienen estos malvados.

Eran menos que el año pasado, porque faltaba Trafoc, aunque las colles Endimoniats, Realment Cremats, Enfocats, Kinfumfà, Es Cau des Boc Negre y Trabucats provocaron tanto miedo como antaño, unido a una inexplicable atracción por acercarse a alguno de los 225 dimonis.

Eso hicieron durante una hora miles de personas en la noche más corta e intensa del año en el Parc de la Mar, donde ardieron cerca de cien kilos de pirotecnia al ritmo de la batucada.

Al atardecer también hubo fuego y una pira gigante encendida por una veintena de niños dimoni. Eran los protagonistas del primer Correfoc Petit de la Revetla de Sant Joan, la gran novedad de este año.

Aparecieron por el túnel de la Portella cinco minutos antes de las 20 horas, precedidos por los tambores de la batucada, y fueron avanzando tímidamente hacia el público, formado sobre todo por familias con hijos pequeños. Tras formar un círculo y unir en lo alto los surtidores, un coordinador del espectáculo infantil les encendió la mecha y comenzaron a brotar espiras por doquier. Los dimonis aprendices cogieron confianza y empezaron a asustar a quienes más se acercaban, como hicieron los adultos del infierno un par de horas después.

Tras un intermedio de ball de bot con la música de Al Mayurqa, llegó el turno del pregón a cargo del Dimoni Bufó, interpretado por el glosador Felip Munar, colaborador de Diario de Mallorca. Ayer fue presentado por el presidente de la Federación de Vecinos, Joan Forteza, como "un patrimonio cultural y popular de esta ciudad y de toda Mallorca". Antes de darle paso, recordó la campaña contra la violencia de género 'De festa, Palma, que este verano se extenderá a los barrios de Ciutat.

Precisamente, cuando Munar hizo referencia en su pregón a la sentencia de La Manada, recibió numerosos aplausos, al igual que al mencionar a Valtonyc y a los presos de Cataluña. Intercalaba los temas de actualidad glosados con el costumari popular de Sant Joan, el santo celebrado por el sol, "y como es el rey y señor del cielo, él, la luna y las estrellas están de fiesta", la que disfrutaron quienes se acercaron al Parc de la Mar para bailar con los malos espíritus.