La recogida de ropa de segunda mano a través de los contenedores distribuidos por Palma sigue creciendo. La evolución se mantiene al mismo nivel que en pasados años. Este 2018 han entrado 264 toneladas de ropa y calzado. Si en 2015 se recogieron 551 toneladas, un año después se incrementó hasta alcanzar las 668. El año pasado aún aumentó con un 12,5 por ciento más. Estos resultados fueron presentados ayer.

Emaya canaliza a través de 160 contenedores distribuidos por la ciudad la recepción de ropa y zapatos que gestionan, mediante convenio, las entidades Deixalles y Càritas.

"La sensibilización es cada vez mayor y las personas entregan ropa en buenas condiciones. Además es muy importante recordar que la venta y compra de ropa de segunda mano es también una herramienta de economía social y medio ambiental", indicaron los gerentes de Càritas y Deixalles, Xesca Martí y Joan Francesc Planas, respectivamente.

¿Cómo funciona el sistema? A través de los contenedores que hay en la ciudad, las personas dejan su ropa y zapatos que "deben estar en buenas condiciones y entregados en bolsas; porque de lo contrario se tira"; después van a las naves de Deixalles y Càritas y ahí se hace la selección en función de la temporada de cada prenda, de la edad a la que va destinado el producto. Finalmente se pone a la venta en las tiendas de las entidades, 3 de Deixalles, y 1 de Càritas.

El momento de máxima recepción coincide con el cambio de armario. "Ahora mismo estamos en una punta. La próxima semana se habrá acabado, y habrá disminución de entrega de ropa", comentó Planas.

Emaya indicó que en estos momentos "estudiamos colocar contenedores en otros lugares como en mercados o en puntos de reciclaje", dijo Imma Mayol, gerente de la empresa pública.

Que dejemos la ropa que ya no usamos en estos puntos de recogida redunda en contratos de trabajo a través de los programas de reinserción laboral que tienen tanto Deixalles como Càritas. En total 14 personas han sido contratadas, y siete están en el llamado "itinerario de inserción", que significa que mejoran sus competencias sociales y laborales. Por este motivo, desde Emaya se ha depositado en manos de estas dos empresas del Tercer Sector la gestión a través de un convenio que se firmó en 2016.

"Pioneras"

"Estas dos empresas son pioneras en iniciativas de economía social y solidaria que pone en el centro a la persona a la vez que hacen una tarea ambiental muy importante", destacó Neus Truyol.

Ambas entidades han mostrado ayer su agradecimiento a Emaya por haberles hecho responsable de todo el ciclo de la recogida de ropa, desde los contenedores a la venta del producto de segunda mano.

Antes ya recogían ropa a través de los 30 contenedores que tenían en Palma. Con el convenio con Emaya, son 130 los envases de recogida distribuidos entre Deixalles, que se encarga de la zona de Llevant; y Càritas, de Ponent.