El pasado 26 de marzo el grupo de debate integrado en Palma XXI entregó al alcalde Antoni Noguera una propuesta consensuada por diez entidades de "crear un foro" para discutir qué hacer frente a problemas como la saturación turística, la especulación inmobiliaria que está alterando el perfil de la ciudad para convertirla en un "destino turístico, y no un lugar donde vivir". Entre ellas se indicó la posibilidad de limitar el número de cruceros en Palma de uno al día. No han recibido respuesta.

"El alcalde nos dijo que haría una propuesta jurídica. Nos hubiera gustado tener una respuesta porque aquí necesitamos formar una mesa conjunta que debata qué ciudad queremos. ´Te remei?´, expresó Jaume Garau, presidente de Palma XXI.

"No estamos en contra del turismo pero tampoco queremos una ciudad turística, sino diversa. El centro histórico cada vez se parece más a s´Arenal", indicó Garau.

Climent Picornell, geógrafo y también integrante de este heterogéneo grupo de personas que conforman Palma XXI, advierte: "Vamos camino de parecernos a Barcelona. Todos estos movimientos antiturísticos son el efecto de que algo no funciona. La actitud de Palma XXI es dar a conocer y ver cómo evitar que Palma muera de éxito".

La entidad ha presentado su segundo volumen sobre 'Palma, la ciutat envaída' que analiza la ciudad moderna, de 1900 a 1936, momento que Palma presenta ya características de "modernización" también alcanzado con el incipiente turismo.