Un garaje se convierte en una vivienda en la planta baja de una pequeña finca de dos pisos en la barriada de Pere Garau, un local de una empresa de comunicación se transforma en otra vivienda con vistas al mar en Portopí y un despacho en la primera planta de un edificio tradicional de la calle Sant Miquel se remodela con el fin de albergar dos apartamentos de unos 40 metros cuadrados cada uno. Son tres ejemplos de los últimos cambios de uso que ha aprobado el consejo de gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento. Durante lo que llevamos de año, Cort ha dado el visto bueno a una veintena de modificaciones para crear viviendas en espacios que antes tenían otro destino, según la información de la Federación de Asociaciones de Vecinos.

El presidente de esta entidad, Joan Forteza, acude cada martes a la citada reunión y siempre vota en contra de los cambios de uso, sobre todo si se trata de locales, "porque su transformación hace que se pierda el tejido comercial de los barrios", argumenta. Cree que "se están dando demasiadas autorizaciones y es una tendencia que ya viene del año pasado, con una media de dos o tres todas las semanas", según calcula.

Beneficio económico

El portavoz vecinal supone que "muchas de las viviendas se han destinado al alquiler turístico, es decir, a una actividad fraudulenta en caso de que se encuentren en en fincas plurifamiliares", aunque confía en que la oferta vacacional disminuya pronto en beneficio de la residencial tras la prohibición de arrendar pisos a visitantesprohibición de arrendar pisos a visitantes. Su sospecha sobre la finalidad de los cambios de uso se basa en que "muchos inmuebles están a pie de calle en el centro y en barrios atractivos para los turistas, y los residentes no se suelen ir a vivir a viejos establecimientos o garajes reconvertidos, por lo que parecen destinados a sacar un beneficio económico".

El Colegio de Arquitectos de Balears asegura que "los cambios de uso siempre han existido, no son nada excepcional. Puede que haya un repunte, pero no es muy significativo", afirma el presidente de la Demarcación de Mallorca, Nacho Salas, en referencia a la veintena de modificaciones de este año. Y añade que "la cantidad es reducida si se compara con las reformas y construcciones" que se están ejecutando.

Sobre la desaparición del tejido comercial tradicional, recuerda que "la ciudad está cambiando y los inmuebles se adaptan a estas transformaciones estructurales de las actividades urbanas".