Grip Face ha aprovechado una corta estancia en Palma, su actual vida es un constante vaivén por el mundo, para volver a Son Ferriol y denunciar "la suciedad" que sigue invadiendo "mi barrio". El artista se encaramó a una valla municipal que lleva años sin ser utilizada para llevar a cabo su intervención en este parque.

"Me duelen los ojos de ver tanta basura", asegura. Para luchar contra ella, Grip Face se ha servido del espray y de pintura. En sus habituales tonos pastel, amarillo y rosa, coloca la demoledora sentencia: Black Rubbish is the Future. El artista mallorquín espolea al ciudadano de a pie y a las instituciones.

"Desde hace muchos años, ya intentamos que se hiciera un carril bici en el barrio pero ya veo que prefieren estructuras clásicas como grandes carreteras", dice en referencia a la actual cinturón que se está construyendo cerca de Son Ferriol. "¡Es horripilante! Parece que la batalla está perdida", se lamenta.

Esta reciente acción en una valla abandonada en un descuidado barrio se suma a su audiovisual sobre los plásticos en el que a través de una "pequeña criatura, con piernas de colores y cuerpo enfundado en bolsas negras de basura" recorre los meandros de los vertidos de plásticos en la bahía de Palma, en Alcúdia y los suma a la sopa de plásticos del Pacífico.

"El artivismo tiene la obligación de ser recto, inmediato, esclarecedor", se lee en uno de los textos que acompaña la exposición viajera que está recorriendo España, ciudades de Europa y que ahora llegará a Lisboa. Su crítica ha tenido, y sigue teniendo, alcance internacional. Su vídeo creación ha llegado a media Europa y a Estados Unidos.

Ahora ese relato visual contra el maltrato que propinamos al Planeta se va a mudar en un documental. "Nuestra idea es sacar fondos con la emisión de este documental, una vez esté hecho, para limpiar zonas costeras de Mallorca y otras, contaminadas por los plásticos y otros elementos", cuenta Grip Face.

Esa 'bolsa de basura negra' se convierte en metáfora que quizá intentará aportar una simiente de esperanza. "El hombre genera basura pero está siendo comida por ella", apunta el artista mallorquín.

Una de las últimas intervenciones en Palma fueron sus 'gestos post catarsis' en los que reflexionaba cómo "el racismo y la homofobia avanzaban en barrios como éste"; lo pintó en Jacint Verdaguer.