La cofradía de pescadores de Sant Pere reclama a la Autoridad Portuaria que cumpla su promesa y les ceda un espacio en el puerto para vender parte del pescado que capturan. Esta iniciativa, que es habitual en puertos como el de Andratx, Sóller, Alcúdia y otros muchos del Mediterráneo, lleva dos años con el visto bueno del presidente del organismo estatal, Joan Gual de Torrella, aunque no la ha concretado, por lo que los profesionales del mar que parten y arriban al muelle palmesano le piden premura para determinar un punto de venta al público de mercancía fresca, justo después de ser desembarcada.

El patrón mayor de la cofradía de Ciutat, Rafael Mas, explica que el sector primario dispone de una normativa que le permite hacer venta directa, de ahí la existencia de mercados de agricultores al aire libre como los de la plaza de los Patines y Pere Garau varios días a la semana. Los pescadores también tienen esa posibilidad, aunque "el espacio pertenece a Puertos, que debería otorgar una concesión administrativa para su uso a cambio de un canon o bien habilitar ellos mismos un sitio y cederlo después por una cuantía mayor debido al coste de la obra", según detalla Mas.

Los dos lugares barajados por la cofradía y la entitad portuaria son: justo enfrente del edificio de la lonja del pescado o en la zona ajardinada existente poco antes de llegar allí. La propuesta es abrir el puesto los días de la semana que los pescadores salen a faenar durante varias horas por la tarde, cuando llegan al puerto.

Además de la cesión, necesitan la autorización de la conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern, desde donde muestran "total disponibilidad para facilitar un punto de venta directa de pescado al público, como ya existe en otros puertos de las islas", según especifican fuentes de la dirección general de Pesca del Ejecutivo balear.

"Queremos vender frescura, calidad, seguridad y cercanía", asegura Rafael Mas, que añade que "incluso cabe la posibilidad de que los clientes compren lo que quieren comer y se lo cocinen en los restaurantes Can Eduardo o El Pesquero. Hemos hablado con ellos y les parece una buena idea", plantea el patrón mayor. Esta antigua reivindicación de un punto de venta tras la captura y sin intermediarios no supondrá una competencia para la lonja, ya que solo se destinará una pequeña parte de la mercancía y a precio más elevado, a cambio de poder cenar productos del mar justo el mismo día de su pesca.