La portavoz de Medio Ambiente de la asociación de vecinos del Puig de Sant Pere, Feli Marcos, ha calificado la propuesta del equipo de gobierno para dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears de 2014 de "absolutamente insuficiente y de burla a los vecinos".

La veterana dirigente vecinal insistió en que con el adelanto del cierre de las terrazas "no se arregla el problema de la contaminación acústica que padecen los vecinos de la zona debido a la aglomeración de locales y sus clientes".

Considera asimismo que las medidas adoptadas en los úlitimos cinco años en los que la zona ha estado declarada como de especial protección tampoco ha servido para solventar la situación, tal como demuestran las mediciones sonométricas en las que se pone de manifiesto que los vecinos deben soportar ruidos "superiores a 75 decibelios, muy por encima del máximo permitido en horario nocturno".

Marcos denunció asimismo que esta situación "ha echado a la mayoría de vecinos de la barriada y ha propiciado la proliferación de hoteles y establecimientos turísticos de interior".

En estos momentos la situación es "insostenible", puesto que se produce una ocupación "brutal de la vía pública", habiéndose convertido la plaza de sa Llonja "en el comedor más grande al aire libre existente en toda la ciudad".

Calificó de "decepcionante" el encuentro con el alcalde, Antoni Noguera, e insistió que, para la aprobación de las medidas solicitadas, "no se necesita más que voluntad política", puesto que las sentencias anteriores pusieron claro que el competente para adoptarlas es el alcalde. La zona está comprendida entre el paseo Sagrera, la avenida Antoni Maura, la calle Apuntadors y la plaza Drassana.