Cito a Aina Pastor Barceló -Palma, 1986- en el nuevo local, recientemente reformado, de la playa de Can Pere Antoni. No muy lejos de este lugar, apenas unos metros, se ha visibilizado este invierno el escaso celo administrativo medioambiental a juicio de los ecologistas y de esta profesional del marketing y de la publicidad que, antes que activista prefiere definirse como "ciudadana activa". No ha dudado en denunciar el vertido de plásticos, toallitas, bastoncitos que aún hoy se mantienen incrustados en las cercanas rocas de las playas de Palma.

Un año antes, en la pequeña playa del Molinar, "donde esta semana se encontró una carabela", apunta, su hija de 6 años estaba nadando. Al salir del mar, "su pelo estaba lleno de plásticos". A partir de ese momento, su ya cultivado sentido cívico y de profundo respeto a la naturaleza se acentuó.

"Hace menos de un mes, siete personas recogimos en Can Pere Antoni 200 kilos de basuras en tres horas. Hace una semana, un grupo de sesenta apneístas, que no suelen meterse en estos asuntos, extrajeron 650 kilos del fondo marino. ¿Cómo pueden decir que está limpio?", se pregunta.

Can Pere Antoni es la playa de baño para muchas personas. ¿Les aconsejaría que la dejasen?

R Yo ya no nado en ella. Hoy [esta misma semana] da asco, está cubierta de microplásticos. Las basuras llegan de los torrentes sin limpiar en un 80 por ciento; el 15 por ciento lo devuelve la playa; el 65 por ciento sigue siendo del fondo marino que o bien lo lleva mar adentro o lo saca a la arena.

P Y ahora, encima, llegan las carabelas portuguesas.

R¡Y no se van a ir en las próximas semanas! Luego están las medusas. En el Mediterráneo hay por cada cuatro metros, uno de plásticos. Una tortuga no diferencia entre una bolsa de plástico y una medusa. Se comen las bolsas y el plástico acaba con las tortugas, que es una especie protegida. Hace años que estamos así y no se adoptan soluciones.

P ¿De dónde surge su activismo?

R Mi madre siempre ha sido ecologista. Ella estuvo en sa Dragonera pidiendo que fuera parque natural. Ha sido un muy buen ejemplo; pero fue el verano pasado cuando, al ver las playas con vertidos quemados por parte de Tirme y de la Autoridad Portuaria, me sumé a las denuncias tanto del GOB como de Mallorca Blue, que están haciendo una labor increíble. Es esperanzador.

P Tras las reiteradas denuncias, usted fue convocada por Neus Truyol junto a estos y otros grupos ecologistas. ¿Se llegó a algún compromiso en firme?

RMe dio esperanzas de que la próxima temporada baja será diferente, porque dijo que van a mantener el servicio de limpieza de las playas, y eso ayudaría a quitar residuos que devuelve el mar. También prometieron que van a hacer públicos los resultados de los análisis del agua, claro que ahora solo se miran dos parámetros. Les pedimos que informaran del estado de las playas no solo en temporada alta sino todo el año porque hay quien nada siempre, y también esos cruceristas que vienen del Norte y llegan aquí y tienen ganas de nadar...

P Emaya anunció un nuevo colector para depositar las aguas residuales y también la depuradora del Coll d'en Rabassa. ¿Qué opina?

R Son insuficientes y encima desde el Gobierno central se les para los pies. Hay que esperar hasta 2021, y para la ayuda estatal, aún más. El tema de los vertidos es vital. No se puede retrasar más; con estas medidas y a estos plazos solo se solucionará un 30 por ciento del problema. No basta. Es como hablar de la conquista de Marte; no creo que Madrid nos de esos millones.

P ¿Augura un desastre ecológico en el litoral de la ciudad?

R Yo soy optimista por naturaleza. Pero igualmente digo que hay que actuar ya. Lo mismo con el tema de la posidonia, que está sufriendo los efectos del emisario en Ciutat Jardí; y en otras zonas de Mallorca como la costa de Calvià, está desapareciendo por los fondeos. Donde hoy hay puertos deportivos, antes había praderas de posidonia. Saca tus conclusiones. Yo creo que si los políticos siguen utilizando el medio ambiente para hacer campaña política, no funcionará. En estos momentos se están haciendo mejoras como la nueva ley de Residuos, por ejemplo, pero en general creo que el medio ambiente en España nunca ha interesado. También es cierto que el gobierno actual se ha encontrado con una Mallorca muy descuidada y ha tenido que encargarse del maltrato en poco tiempo.

P ¿Lo suyo es una travesía en el desierto? Lo pregunto por si encuentra aliados en sus denuncias.

R De 800.000 habitantes, solo tres pusimos denuncias por el tema de las escorias en el puerto. Mallorca no está para nada comprometida con el medio ambiente. Falta educación en estos temas; además creo que la mayoría piensa que otros se van a cuidar de ello. La gente no se activa. Los medios de comunicación enseñan lo que pasa en otros países con el problema del plástico como si aquí no tuviésemos este mismo mal. El problema está en casa. El Mediterráneo es uno de los mares más contaminados. Dicho esto, también quiero decir que cada día veo más conciencia por parte de la población en general.

P ¿Considera que el turismo es una industria contaminante?

R Cada vuelo llega con su basura sin repasar directo a Son Reus. Cada 60 segundos llega un avión. ¡Imagínate los millones de basura solo en vuelos! Luego está el consumo del agua y de la energía. Somos un territorio limitado. Todo el que vende la isla es responsable de su manejo. Pediría que lo que venden, que sea sostenible.

P ¿Pondría restricciones a la entrada de turistas como Venecia?

R Yo creo que el turismo es esencial para nuestra economía solo que hay que ver qué tipo. Todos somos turistas. No debemos olvidarlo. Pero sí, frente a esos 33 millones de turistas que dicen que van a venir, yo pondría límites. No podemos seguir así. No quiero ser una extra en un parque temático vestida de mallorquina.

P ¡Pues estamos en ello! Usted vivió en Inglaterra. Le he escuchado decir que allí son muy sensibles al entorno porque de lo contrario les cosen a multas. ¿Hay que llegar al bolsillo para tener una ciudad, una isla, más limpios?

R Si queremos que la gente se cuide de Mallorca tenemos que dar buen ejemplo en todos los sentidos. Y si no se cumplen las leyes, habrá que sancionar. Otra cosa es que además de voluntad política, haya medios.