Esta foto la hice de madrugada, casi amaneciendo, que es mi momento favorito para salir con la cámara. La niebla y las luces del puerto le dan un toque fantasmal a la imagen, y los mástiles de los veleros me recordaron tanto al cuadro La rendición de Breda, de Velázquez, conocido también por Las Lanzas, que no me pude resistir a hacerla.