Tras meses de negociaciones y de dimes y diretes, ya hay acuerdo entre los grupos que conforman el equipo de gobierno municipal ( PSOE, Més y Podemos) en relación al texto de la modificación de la ordenanza del uso cívico del espacio público, más conocida como antibotellón. No obstante, ahora los plazos ya no dependen ni de la concejala de Seguridad Ciudadana, Angélica Pastor, ni del mismísimo alcalde, Antoni Noguera, puesto que el texto ya está siendo analizado desde hace al menos una semana por los servicios jurídicos municipales, paso previo a su aprobación por la junta de gobierno, acto con el que se inicia la tramitación de la modificación normativa, que prosigue con el traslado del acuerdo a los grupos de la oposición para que, en el plazo de diez días, puedan presentar enmiendas. Solo cumplido este último trámite es cuando el texto resultante se puede aprobar inicialmente en sesión plenaria y, posteriormente, a exposición pública durante 30 días hábiles. Y ya se sabe que los servicios jurídicos carecen de plazo para informar, además de que pueden hallar algún impedimento en el borrador propuesto por la concejalía que obligue a rehacerlo.
24 entradas para usuarios de Servicios Sociales
El Institut Municipal de l'Esport (IME) puso a disposición de las familias usuarias de los servicios sociales municipales las 24 entradas de la demostración que hicieron el pasado domingo en Son Moix los integrantes del mítico equipo de básquet Harlem Globetrotters. De esta forma, varias familias del Servicio de Acogida Municipal, de corta y larga estancia, y un grupo de jóvenes del Centro de Día para Adolescentes pudieron asistir en directo a una jornada muy especial. Para la concejala de Educación y Deportes, Susanna Moll, esta decisión "es un ejemplo más de que este equipo de gobierno actúa de forma diferente y pensando en los que más lo necesitan.
Trabajo extra de la contrata de jardinería
Las empresas de mantenimiento de jardinería que trabajan para el Ayuntamiento de Palma tienen últimamente trabajo extraordinario para eliminar las pintadas de las jardineras colocadas en medio de las calles peatonales, como la de Sant Miquel, con el fin de evitar que pueda irrumpir en la vía un vehículo a velocidad descontrolada.
