El Ayuntamiento de Palma va a iniciar una intervención "urbanística y social", que se pretende que sea integral, en "los centenares" de infraviviendas existentes en las barriadas de Cala Major y Sant Agustí. Si bien la mayoría de ellas se concentran en los excomplejos turísticos de los apartamentos Pullman, Panam, Impala y Torre Major de ambas barriadas, no se descarta su existencia en otros emplazamientos de estas zonas.

Mediante la utilización de fondos europeos procedentes del programa del Litoral de Ponent, se han encargado al Patronat Municipal de l'Habitatge los trabajos previos para realizar la diagnosis de la situación de estas viviendas en las que se concentra en buena medida población vulnerable población vulnerable debido a las características de las viviendas, cuya superficie en la mayoría de los casos no supera los 30 metros cuadrados.

Esta intervención cuenta con una primera aportación de 750.000 euros distribuidos en los próximos tres años, 130.000 de los cuales se prevé gastar a lo largo del actual ejercicio.

El personal del Patronat va a ser reforzado con cinco profesionales que se dedicarán en exclusiva a este proyecto: dos trabajadores sociales, dos educadores y un arquitecto técnico.

El teniente de alcalde, José Hila, puso de manifiesto que "tras años de hablar de la situación de degradación de estos edificios por primera vez el Ayuntamiento va a hacer algo para solventarla y no solo urbanísticamente, sino que también se realizará un trabajo social".

A lo largo de este proceso de diagnóstico, en el caso de que se requiera, se podrán realizar actuaciones inmediatas a nivel social y laboral.

Entre los objetivos de la iniciativa se incluyen la detección e identificación de los bloques residenciales que presentan características de infraviviendas, conocer la situación socioeconómica de los residentes, promover que los edificios cumplan con la normativa urbanística, fomentar la dignificación de los espacios comunes, prevenir y detectar situaciones de desahucios y mejorar y ayudar a resolver los conflictos vecinales.

El teniente de alcalde insistió que si bien el objetivo principal de la iniciativa consiste en detectar los núcleos de infravivienda existentes en Cala Major y Sant Agustí con el fin de mejorar las condiciones sociofamiliares, laborales y vecinales de los residentes, también tiene un carácter arquitectónico ya que se pretende mejorar la habitabilidad de las viviendas. "Se trata de dos objetivos que se relacionan, ya que se actúa con las familias y, al mismo tiempo, se mejora el espacio en el que se vive".

Operación ambiciosa

Según Hila, se trata de una de las intervenciones más ambiciosas del Plan Litoral de Ponent. Además, insistió en que, por parte del Ayuntamiento y después de años de hablar de la degradación de estos inmuebles, "ya era hora de pasar a la acción". Ahora se dispondrá de una radiografía, vivienda por vivienda, de la realidad de estos edificios tanto desde el punto de vista urbanístico y de servicios como del social.

El equipo de cinco personas que va a contratar el Patronat para que se haga cargo de este proyecto elaborará una diagnosis que incluirá aspectos relacionados con la accesibilidad, arquietectónicos, de seguridad y sociales y emitirá un informe final que incluirá propuestas de actuación que deberán evaluar.

Estos edificios son consecuencia del proceso de reconversión del uso turístico a residencial llevado a cabo en los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado. Se edificaron en altura con el fin de dar respuesta a la gran demanda hotelera existente en Cala Major y Sant Agustí.

La crisis turística provocó su reconversión en pequeños apartamentos para residentes que, con el paso de los años, han dado paso a viviendas con una serie de características comunes: infraestructuras obsoletas, mantenimiento insuficiente, oferta económica y concentración de familias vulnerables.