Sobre la mesa de una sala de la Oficina Antidesahucios de Palma hay una caja de pañuelos desechables. El detalle tiene su importancia. Semanalmente se atiende a 15 familias y se explican verdaderos dramas sociales. Todos giran en torno a la falta de vivienda. "Y no hay recursos suficientes para el problema que hay". Lo dice Margalida Cladera, directora de este servicio municipal de ayuda para quienes se quedan sin casa.
Un estudio de la UIB habla de la marca Palma y distingue zonas según si el desahucio es por impago de alquileres o de hipotecas. ¿Es así?
Son Gotleu y Pere Garau son las zonas donde hay más, tanto de hipotecas como de alquileres. De todas formas, desde que comenzamos, los desahucios hipotecarios han bajado mucho. En 2015, fueron 202 familias; en 2016, 284; en 2017, 270 y este año, de momento, 59 familias. Y de alquiler ya llevamos 150. Ha cambiado mucho. Vienen familias con problemas hipotecarios, pero la mayoría es por tema de alquiler.
¿Qué tipo de familia viene aquí a pedir ayuda?
Normalmente vienen familias con trabajo. Antes eran familias sin trabajo que no podían pagar una hipoteca. Pero ahora son familias que tienen ingresos, tienen trabajo, pero su media de ingresos es de 1.000 euros y no pueden hacer frente a un alquiler. Acaban el contrato, no encuentran vivienda y no saben dónde ir, porque no encuentran un alquiler asequible.
Supongo que en esta oficina se describen auténticos dramas...
Sí, porque la mayoría de personas que atendemos son familias con hijos, por tanto, es desesperante ver que te finaliza el contrato, que lo que ves en el mercado de alquiler es de 900 o 1.000 euros y no sabes dónde ir. ¿Fuera de Palma? Tampoco es una solución cuando los niños están escolarizados y el transporte público no está muy bien comunicado... Es que no hay alternativa.
¿Y cómo se les puede ayudar?
Si estas familias encuentran una vivienda que les pueden alquilar pero no llegan, les ayudamos a pagar una parte del alquiler. De momento es la única solución que tenemos, ayudar a pagar el alquiler: 200, 300 euros... durante un tiempo y hasta que encuentran una vivienda más asequible.
Habla de alquileres ¿Y desahucios por hipoteca?
Cuando tienes un problema hipotecario se puede trabajar mejor. Cuando te vienen con problemas para pagar la hipoteca, siempre tienes un margen más amplio, es un banco, no es un privado, puedes negociar una reestructuración de deuda, una dación en pago, un alquiler social... depende de la situación. Cuando abrimos fue un boom de temas hipotecarios y ahora ha bajado mucho. De todas maneras, cuando hay un desahucio de una familia por tema hipotecario, contactamos con la entidad bancaria y lo para. Lo para hasta que encontramos una solución. Con un propietario particular es diferente, porque es su casa y tiene derecho a recuperar su vivienda. Sí que negociamos, intentamos hablar con él y llegar a un acuerdo. Con algunos lo conseguimos y otros, ni quieren hablar.
¿Han constatado la subida de los arrendamientos por el alquiler turístico?
En estos casi tres años sí ha subido el alquiler, porque cuando vinimos, sí había desahucios por alquiler, pero la gente encontraba otro alquiler. Costaba más en verano, pero en invierno iba encontrando. El año pasado ya no, ni en invierno ni en verano. Con la zonificación, no sabemos si tendrá efectos porque es muy reciente, a lo mejor sí habrá más viviendas que se pongan en alquiler, pero los precios están muy inflados... No sé si llegarán a bajar...
Vistos los casos que atienden, ¿cómo ve el panorama de los próximos años?
Si no baja el precio del alquiler, mal. Comenzamos otra vez una burbuja, esta vez de alquiler. Un propietario tiene derecho a pedir lo que quiera, sí, pero los sueldos de la gente no están acondicionados a lo que piden. Por tanto, esta gente alquilará una vivienda y tendrá un desahucio por impago porque no podrá pagar, y seguirá así, porque es una rueda. El panorama está mal. O se hacen viviendas sociales, que se comenzarán, o se hace algo con el precio del alquiler, porque es inviable.
Si hay un contrato y finaliza, poca cosa debe poder hacer su oficina...
Nos llama mucha gente a la que le finaliza el contrato. Lo que miramos es si se lo han notificado bien, porque depende de si no te lo han notificado en plazo, o mal, o de palabra... Si te lo han notificado mal, entonces tú no tienes por qué salir de la vivienda. Hay un proceso que se tiene que hacer. Si se ha hecho bien, poca cosa podemos hacer. Les explicamos a la gente que 'es una vivienda particular, acaba el contrato, es su casa y la quiere recuperar, por tanto, te tienes que ir'... ¿Qué pasa? La gente no encuentra nada. ¿Qué hace? se queda en la vivienda. Y le ponen una demanda de desahucio. Por tanto, lo único que haces es alargar el proceso. Esto es un coste para el propietario. ¿Pero qué puede hacer esta familia? ¿A la calle? Así gana un poco de tiempo, un par de meses...
¿Cuántos desahucios han impedido hasta ahora?
Si sumamos todo, 1.153 desde 2015. Este año, 71.
Son muchos, sobre todo si se piensa que no son números, son familias con problemas.
Sí. Hemos atendido a 2.188 familias y actualmente estamos trabajando con 450. Son muchas personas. Y otro tema que nos preocupa es la gente mayor, de 70 u 80 años, que tienen pensiones bajas de 600 o 700 euros, que tienen una renta antigua y por un motivo legal, los sacan de la vivienda.
Si no tienen un problema, un perfil de servicios sociales, estas personas se encuentran desamparadas.
Claro, y además, antes pagaban 200... 300 euros, alguno pagaba 90 euros de alquiler y ahora ¿adónde van? A lo mejor llevan 40 años viviendo en la misma casa y ahora sí que no se pueden ir a ningún sitio. Es gente que está bien, que no tiene, o no quiere, ir a una residencia y ¿qué hace? ¿alquila una habitación? Nosotros hemos puesto en contacto a personas.
Son nuevas fórmulas de convivencia...
Sí, para hacer apaños, pero sí. Nosotros les damos el teléfono si vemos que pueden congeniar, después ellos ya se arreglan, nosotros no hacemos ningún tipo de negociación, los ponemos en contacto. Y sí nos ha llamado gente que lo ha conseguido y están contentos. No es una solución, además, a una persona de 80 años dile que tiene que compartir piso ahora... Es triste, pero es que no hay otra. Con una pensión de 600 euros, no puedes alquilar nada.
Otra cuestión son las viviendas cerradas.
Hay muchísimas. ¿Cómo podemos saber cuántas hay y cómo hacer uso? Es complicado. Hemos tenido reuniones con entidades bancarias, porque quienes tienen más viviendas cerradas son los bancos, y dicen que no tienen. Sí que tienen, muchas okupadas, porque las tienen vacías y se okupan. Normal, si tienes tanto tiempo una vivienda vacía... Hemos hablado con las entidades para que nos las cedan, para hacer convenios, pero no nos han cedido nada.
Como profesional, cuando no hay salida, ¿cómo afronta decirle a una persona que no hay solución?
A veces es desesperante, porque no hay más recursos. Tienes una familia y no le puedes dar ninguna solución. Intentamos que nadie se quede en la calle. Pero claro, derivamos a casas de acogida, que es lo último que una familia querría, pero no tenemos alternativa. No tenemos, no tenemos... no tenemos recursos suficientes para el problema que hay.
